Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) diseñaron un método para determinar el sexo de los bebés durante la quinta y sexta semana de gestación mediante un simple análisis de la sangre de la madre. Se trata de un método que revoluciona este tipo de pruebas que hasta ahora se hacían sólo por medio de imágenes y recién a partir de la vigésima semana de gestación.
El método fue desarrollado por el equipo del Departamento de Bioquímica Clínica de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL, compuesto por los docentes e investigadores Luisa Gaydou, Adriana Follonier, Verónica Bosquiazzo y dirigido por Guillermo Ramos.
La técnica se basa en la determinación de tres genes asociados al cromosoma Y que permiten conocer el sexo fetal en forma temprana durante el embarazo. Hasta el momento, era una información que se podía conocer sólo por medio de técnicas como las ecografías.
“El test tiene dos aplicaciones importantes. Por un lado, ayuda al diagnóstico de algunas enfermedades asociadas al cromosoma X, como la enfermedad de Duchenne y algunos tipos de hemofilia, y otras como la Hiperplasia Adrenal Congénita, que produce virilización del feto. Desde el punto de vista del paciente, permite saber el sexo de su bebé tempranamente, de una manera muy adelantada”, aseguró Ramos.
Según el investigador, desde fines de la década del 90 se conoce que hay ADN fetal circulando en la sangre de la madre: “Sin embargo, la idea principal de nuestro estudio fue consolidar una metodología de aislamiento de ese ADN fetal, una investigación que resultó exitosa, y encontrar qué combinación de genes asociados al cromosoma Y del feto nos daban una certeza en la determinación del sexo por encima del 98%”.
Los métodos actuales para conocer la genética fetal se realizan por medio de amniocentesis, es decir, la toma de muestras del líquido amniótico, o a través de una biopsia, que tienen un riesgo de aborto muy elevado. “La técnica que planteamos es totalmente inocua. Es una tecnología que tiene mucho futuro, ya que se podrá conocer la presencia de enfermedades genéticas en el feto en forma temprana y sin riesgo de aborto, con el objetivo de comenzar con tratamientos en forma precoz”, auguró.
Ramos destacó que la idea ahora es transferir esta tecnología a los laboratorios de análisis clínicos, sobre todo los asociados a clínicas de maternidad. Se trata de pruebas que podrán ser realizadas por aquellos laboratorios de mediana y alta complejidad que dispongan de equipamiento y experiencia en técnicas de biología molecular.
¿Cómo funciona el método? Esta técnica de biología molecular, explicó Follonier, busca en la sangre de la mujer embarazada genes que pertenecen al cromosoma Y, que es el que identifica al sexo masculino. “Nosotros podemos encontrar en la mamá genes que no son suyos para diferenciarlos. Si son genes positivos, podemos decir que es un nene, cuando no se encuentran podemos decir que es nena. Es importante destacar que el resultado verídico dependerá de la cantidad de ADN del bebé que esté circulando por la madre”, aseveró.
Hay enfermedades hereditarias que dependen del sexo del bebé. Si la madre sabe que tiene historias previas que su hijo puede heredar, es bueno conocer el sexo del bebé con anticipación para que decidir un tratamiento temprano en el embarazo. La hiperplasia suprarrenal congénita es un ejemplo de estas afecciones porque provoca problemas en los genitales del bebé, pero si se trata al principio del embarazo, se evita la punción de la placenta, un método invasivo con riesgo de aborto.