A su juicio, "el cerebro es el más importante de todos los órganos y determina el sexo"; "el sexo cerebral es el más destacado, por encima de la influencia del ambiente" ya que se configura en las primeras semanas de gestación del feto. Las diferencias en determinadas zonas cerebrales como el hipocampo hacen que los hombres sean más hábiles resolviendo problemas abstractos mientras que las mujeres presentan una mayor rapidez en el cálculo matemático.
Rubia ejemplificó con que está probado científicamente que los hombres leen mejor los mapas porque poseen una mayor habilidad "visuoespacial" que depende directamente de las hormonas masculinas, los andrógenos. Las mujeres por su parte tienen mayor habilidad verbal que los hombres y son mejores a la hora de realizar tareas como comprensión de material escrito, analogías y escritura creativa.
Pero no sólo las habilidades vienen determinadas por el sexo cerebral, los comportamientos propiamente sexuales también. "Aún no se puede afirmar con certeza" pero se cree que la identidad y la conducta sexual derivan directamente del sexo cerebral y que "la influencia ambiental no es tan importante como se suele pensar", añadió. El autor de "El sexo del cerebro" considera que en el futuro se demostrará que "los homosexuales tienen una diferencia cerebral" respecto a los heterosexuales.
El sexo genético, el fenotípico -el de los órganos sexuales-, el sexo gonadal -determinado por los testículos y los ovarios-, el sexo genital y el sexo hormonal son fundamentales en la creación del sexo cerebral y éste es a la vez el determinante de los demás sexos. "Hay que admitir que somos biológicamente diferentes", dijo Rubia, "pero esto no significa que ninguno de los dos sexos es superior al otro, los sexos son complementarios", dijo el especialista.