Este martes comenzó la ronda indagatoria sobre siete de los policías de Rosario que fueron detenidos –y que seguirán en esa condición– por su presunta participación en la desaparición forzada seguida de muerte del joven bonaerense Franco Casco, ocurrida en 2014, mientras continúan arrestados otros 22 efectivos y civiles a la espera de prestar declaración.
Tras las 29 detenciones producidas el lunes por el juzgado federal 3 de Rosario, a cargo de Carlos Vera Barros, tres funcionarios policiales de la División Asuntos Internos fueron indagados por el magistrado, precisaron fuentes judiciales.
Se trata de Carlos Alberto R., Daniel Augusto E., y Pablo S, mientras que también prestó declaración el jefe de la seccional 7ma. de Rosario, Diego Álvarez, y el jefe de sumarios de esa comisaría César A.
En tanto, otras cinco personas involucradas en la investigación permanecen prófugas, puesto que no fueron halladas por Gendarmería Nacional, la fuerza que realiza los procedimientos ordenados por el juez Vera Barros.
“Todos declararon y aceptaron responder preguntas”, dijeron a Télam voceros judiciales, que se abstuvieron de dar detalles atento a que rige el secreto sobre el expediente.
Agregaron que “siguen todos detenidos”, ya que “no se ha resuelto ninguno de los recursos de excarcelación” planteados por los defensores de los imputados.
Ramón Casco, padre de Franco, sostuvo este martes en Radio 2 que a su hijo “lo mataron a golpes en la comisaría” y que “entre los detenidos están los responsables de la muerte” del joven y “los que han querido encubrir”.
“A mi hijo lo mataron a golpes en la comisaría y luego el cuerpo fue tirado al río”, manifestó Ramón Casco.
Los detenidos están imputados por la desaparición forzada seguida de muerte de Casco (20), un chico de Florencio Varela que llegó a Rosario en septiembre de 2014 a visitar familiares y nunca regresó a su hogar.
De acuerdo a la investigación del fiscal federal Marcelo Degiovanni, el joven fue privado ilegalmente de la libertad el 6 de octubre en la seccional 7ma. de Rosario luego de despedirse de sus parientes para regresar en tren a la estación porteña de Retiro.
El fiscal considera probado que Casco fue golpeado durante horas en un calabozo para detenidos transitorios de la comisaría hasta matarlo.
Para eso, se apoya en la autopsia y en más de 20 testimonios de detenidos en aquellas jornadas en la seccional que brindaron detalles de la golpiza que recibió el chico y explicaron que las palizas eran habituales.
Luego de ser buscado unos 20 días, el cuerpo de Casco fue hallado flotando en el río Paraná el 30 de octubre.