El agente del Servicio Penitenciario Facundo Solís quedó imputado este domingo y se ordenó la prisión preventiva en el marco de la investigación por el quíntuple crimen registrado el viernes en la ciudad de Santa Fe.

Solis fue imputado como autor de un femicidio, cuatro femicidios vinculados y una tentativa de femicidio vinculado.

Así lo resolvió la jueza de la Investigación Penal Preparatoria, Sandra Valenti, a partir del pedido realizado por los fiscales de Homicidios Gonzalo Iglesias y Cristina Ferraro, y por la titular de la Unidad Fiscal de Violencia de Género, Familiar y Sexual, Mariela Jiménez.

Antes de solicitar la medida cautelar, los fiscales le atribuyeron al acusado el femicidio de quien había sido su pareja, Mariela Clarisa Noguera. Por este hecho se le imputó la autoría del delito de homicidio calificado por el empleo de arma de fuego; por el vínculo; y por ser perpetrado por un hombre en contra de una mujer mediando violencia de género.

También se lo imputó como autor de los femicidios vinculados de otras cuatro personas (familiares de su expareja): Yoel Airaldi; Aylén Tamara Soto; Generosa del Carmen Loseco y Sonia Isabel Noguera.

Por estos cuatro hechos se le atribuyeron los delitos de homicidios calificados por el empleo de arma de fuego y por ser realizados con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la cual se ha mantenido una relación de pareja.

Por último, se le imputó la tentativa de femicidio vinculado en perjuicio de un menor de 17 años, también familiar de su expareja. Por este hecho se le atribuyó la autoría de tentativa de homicidio calificado por el empleo de arma de fuego y por ser realizado con el propósito de causar sufrimiento a una persona con la cual se ha mantenido una relación de pareja.

Los hechos

Según detalló la Fiscalía santafesina, los delitos que se investigan ocurrieron minutos después de las 14 del pasado viernes en tres viviendas ubicadas en Monseñor Zaspe al 4100 y en la vereda de una de ellas.

“En primer lugar, el imputado ingresó a la vivienda que había compartido con su expareja, donde atacó a disparos a Yoel Airaldi (novio de la hija de su expareja) y a Aylén Tamara Soto (hija de su expareja)”, precisaron los fiscales.

“A los dos los atacó con disparos de arma de fuego y les quitó la vida, conducta que realizó con el propósito de causar un sufrimiento a la mujer que había sido su pareja”, agregaron.

“Momentos después, en la puerta de la casa atacó a su expareja con la misma arma de fuego y le impactó dos disparos en la cabeza con los que le provocó la muerte”, indicaron.

“Se trató de una agresión hecha en un contexto de violencia de género, en una clara situación de subordinación de quien fuera su pareja, basado en una relación desigual de poder caracterizada por el empleo de violencia tanto física como psicológica en episodios previos y reiterados”, argumentaron los fiscales.

Los fiscales continuaron el relato de lo ocurrido y añadieron que “instantes después ingresó a una vivienda contigua en la que le disparó en la cabeza a quien era su suegra, una mujer identificada como Generosa del Carmen Loseco”.

Por último, relataron que “luego fue a otra vivienda ubicada a escasos metros, donde le disparó a quien era su cuñada, identificada como Sonia Isabel Noguera, y a su hijo de 17 años. En primer lugar atacó al adolescente, con indiferencia sobre si provocaba su muerte o si no lo conseguía; de hecho, le impactó un disparo en el brazo y no logró quitarle la vida. Luego le disparó a la madre del joven, a quien sí le quitó la vida”, concluyeron.

Al momento de fundamentar el pedido de prisión preventiva, el fiscal Iglesias refirió al testimonio aportado por un amigo de la infancia de la expareja del imputado.

“Es un remisero a quien Mariela llamó para que la buscara en inmediaciones de Amenábar y 3 de Febrero porque, según le dijo la mujer, el propio imputado la había llamado a ella expresándole que ya había matado a su hija, al novio de esta y que seguiría haciéndolo con otros integrantes de la familia”, informaron.

En tal sentido, manifestaron que “este testimonio confirma las claras intenciones del imputado de producir un daño en la mujer que había sido su pareja”.

Los fiscales también hicieron hincapié en la normativa internacional adoptada por nuestro país en relación a la violencia de género.

“Es evidente que la conducta del imputado se enmarca en un contexto cultural propio del patriarcado en el que la víctima estaba subordinada y en una relación de poder desigual”, sostuvieron los fiscales en la audiencia.