En diálogo con el programa Radiópolis (Radio 2), el autor de “Prostitución y rufianismo”, en colaboración con Héctor Zinni, consideró en relación a que en la ciudad no existan más los llamados caberets: “Creo que, bajo ciertas condiciones, este tipo de locales pueden existir, mientras se cuiden las normas y no se explote a las mujeres”, observó.
El ex secretario de Cultura municipal señaló que la eliminación de whiskerías “debe debatirse con tiempo, no rápidamente” y subrayó: “Hay situaciones muy graves contra la mujer, como por ejemplo, la trata pero en principio, si se cumplen las normas no deberían ocurrir. Creo que es una medida muy apresurada”.
“Un cabaret no debe ser un prostíbulo”, expresó y opinó en este sentido: “Debe ser un lugar donde poder ir a ver un espectáculo”. Luego, consultado sobre la posibilidad de que el marco electoral influya en el desarrollo de la medida, respondió: “No me atrevería a decirlo –dijo y sostuvo– la ciudad se convirtió en un círculo rojo para determinados ámbitos, como si fuera el mismo infierno pero no quiero echar leña sobre esto”.
Ayer la comisión de Derechos Humanos del Concejo Municipal dio despacho favorable a una serie de proyectos que apuntan a luchar contra el proxenetismo, la explotación sexual y la trata de personas. El proyecto de la concejala radical María Eugenia Schmuck que promueve el cierre definitivo de los cabarets y whiskerías en la ciudad de Rosario es una de las iniciativas que tuvo luz verde.