La palabra bullying define claramente el acoso o violencia sistemática en un contexto escolar. Y ese ámbito es justamente el valor agregado que "resume" la palabra. Que ocurra en la escuela es lo que brinda el carácter relevante y dramático al tema.
Lo peor del bullying es justamente el ámbito en el que se produce: la escuela, ese lugar casi sagrado, cotidiano y que oficia de refugio para el niño que debe asistir; y está profundamente enraizada en su vida cotidiana y en la de su familia.
Alejandro Castro Santander, uno de los mayores expertos en bullying (acoso escolar) y mobbing (acoso laboral) de la región, integrante del directorio del Observatorio Internacional de Violencia Escolar (OIVE), sostiene: "En varios congresos que se han realizado en Buenos Aires sobre el tema se utiliza como lema: ´La violencia escolar no existe, existe la violencia social´ y con esa ´burrada negadora´sobre las dinámicas en el interior de la escuela, lo único que se logra es victimizar a la escuela y trabajar desde el control. En vez de permitirle ser la iniciadora no sólo de intervenciones idóneas, sino también de una transformación profunda junto a la familia para alcanzar la ´buena convivencia´. Lo que hay que entender es que hoy la violencia atraviesa a la escuela".
El proyecto de investigación "Un estudio de la violencia en escuelas de nivel medio de la provincia de Entre Ríos", a cargo de expertos en psicología de la Facultad "Teresa de Ávila", de la UCA, Paraná, reveló de manera contundente las siguientes conclusiones:
- Que entre los agresores predominan los varones; pero igual porcentaje entre mujeres y hombres son víctimas.
- Que el acoso verbal es lo más común y aún el ciberbullying es bajo.
- Sobre la caracterización del acoso dice: el acoso se realiza de a uno, sólo o en grupo de alumnos; en el patio o en el aula.
- Que los agresores van al mismo curso y la víctima no cuenta que ha sido agredida.
- Que se percibe que la escuela hace muy poco para detener los episodios violentos.
Hay consenso en varios estudios de América Latina acerca de que en muchas escuelas de la región todavía no se asume el diagnóstico de que lo que está ocurriendo en "ese aula", se llama acoso moral y psicológico contra un alumno. El bullying afecta la calidad educativa porque en un lugar como la escuela/aula donde se respira miedo al otro e inseguridad es muy difícil que ocurra un hecho educativo. En ese sentido aún en América Latina existe un alarmante analfabetismo emocional.
Apunta Castro Santander: "No se debe negar o buscar siempre a los culpables afuera. Hoy, quienes seguimos este tema, insistimos mucho en la gestión de la convivencia escolar. Un tema complejo porque la convivencia es compleja y necesita de una formación especial de los directivos y los docentes". Y agrega: "Adquirir las competencias adecuadas para gestionar la convivencia es una ´prioridad organizativa y pedagógica´. En muchas escuelas se enfrenta el problema sólo con ´códigos de convivencia´, los cuales son muy útiles pero no alcanzan".
En términos de "gestionar" el bullying y salir del mero hecho descriptivo la provincia de Buenos Aires elaboró una "Guía de orientación para la intervención en situaciones conflictivas y de vulneración de derechos en el escenario escolar". Este protocolo para los docentes indica qué deben hacer ante casos de acoso escolar u hostigamiento.
Las estadísticas firmes y la realización de mediciones y monitoreos ayudan a tomar decisiones sobre la metodología de la prevención del bullying. Para visibilizar lo que muchos prefieren esconder y sobre todo para no banalizar el tema.
Castro Santander autor entre otros libros de "Autoridad y liderazgo educativo. El poder de servir" impulsa la aún escasa bibliografía en español sobre bullying que existe : "Los medios de comunicación y las políticas públicas son parte del problema y de la sanación: pueden fortalecer a la familia o boicotear sus esfuerzos".
Fuente: Infobae