El principal actor del G20 es el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salman, sospechoso del brutal asesinato del periodista disidente saudita Jamal Khashoggi, que causó un escándalo internacional. También, se lo acusa de crímenes de guerra en Yemen, de acuerdo a la presentación que hizo la ONG Human Rights Watch a fin de que en Argentina se aplique principios de justicia universal por delitos de lesa humanidad. La investigación recayó en el juzgado de Ariel Lijo y la fiscalía a cargo de Ramiro González.
De acuerdo a medios nacionales, Bin Salman participará del G20 en Buenos Aires, el 30 de noviembre y el 1 de diciembre próximos. Su arribo al país está siendo mirado por todo el mundo. Heredero de la monarquía de Riad está sospechado de asesinar al periodista opositor Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Estambul. Su seguridad personal lo obligó a cambiar de alojamiento varias veces hasta decidir hospedarse en al residencia de su propia Embajada.
La primera opción fue la elegida por el propio monarca, que quería reservar para él y sus hombres todo el Sofitel La Reserva Cardales, pero tuvo que desistir porque no había manera de garantizar su seguridad allí. Así que se reservaron distintos hoteles y también se pagaron, tal como el Hilton, el Pestana, el NH, el Icon Alvear o la mansión del Four Season.
Así las cosas, ya se puso en marcha el operativo de seguridad, fortaleciendo el edificio y controlando los alrededores. También se habilitó la llegada de vehículos sauditas para todos los traslados de Bin Salman. Según precisó el diario Infobae.com, en la Embajada se quedará el príncipe y sus asesores más cercanos. El resto se dividirá en dos hoteles de los que ya tenían reservados.
El heredero está en el ojo de la tormenta por el asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Estambul. El crimen, mediatizado hábilmente por Turquía, fue tan burdo y brutal – lo decuartizaron- que devino en uno de los mayores escándalos internacionales del año. Incluso, un informe de la CIA señala al príncipe como el autor intelectual del homicidio. Aún así, el gobierno de Donald Trump decidió mantener su alianza estratégica con Riad.
La ONG de Derechos Humanos Human Rights Watch presentó una denuncia ante el juez federal Ariel Lijo contra el príncipe. Pero, si bien se recuerda la atrocidad del asesinato de Khashoggi, la presentación hace hincapié en la intervención saudita en Yemen.
El escrito menciona las "torturas y malos tratos infligidos por autoridades sauditas a mujeres, incluyendo descargas eléctricas, azotes y agresiones sexuales" en el castigado país de la península arábiga. Según HRW, "existe amplia evidencia de que la coalición liderada por Arabia Saudita que ha llevado a cabo una campaña militar en Yemen desde marzo de 2015 es responsable de graves violaciones al derecho internacional humanitario incluido ataques aéreos indiscriminados contra civiles y el uso de municiones prohibidas por el derecho internacional".
La ONG le pide a la Justicia Argentina que aplique la jurisdicción universal que pregona la posibilidad de juzgamiento de delitos de lesa humanidad fuera del lugar donde fueron cometidos. Bajo ese mismo criterio el entonces juez español Baltazar Garzón emitió una orden internacional de detención contra dictador chileno Augusto Pinochet y logró que lo arrestaran en Londres en 1998.
El pedido contra el saudita está en manos del fiscal Ramiro González que evalúa tres caminos: si entiende que debe aplicar el artículo 117 de la Constitución que establece como competencia originaria de la Corte Suprema "todos los asuntos concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros", entonces derivará el asunto al máximo tribunal; si no lo deriva, puede decidir estudiar si lo que plantea la ONG son efectivamente delitos de lesa humanidad; o directamente puede rechazar de plano su competencia.
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