Las plazas de Rosario, Santa Fe y Esperanza registraron este lunes a la noche marchas para reclamar justicia por el femicidio de Agustina Imvinkelried, la adolescente asesinada luego de haber ido a bailar con sus amigas.
En la plaza San Martín de Rosario se desarrolló un abrazo simbólico para pedir justicia por un nuevo femicidio que conmueve al país pero también la declaración de la emergencia nacional en violencia de género.
Participaron de la movilización diferentes organizaciones sociales, políticas y de mujeres.
“Es indispensable tomar medidas y que destinen presupuestos para erradicar la violencia contra las mujeres, que se declare la emergencia”, dijo una de las manifestantes en diálogo con Telenoche Rosario (El Tres).
En tanto, la militante feminista Fernanda Serna dijo que es triste levantarse cada mañana y “ver que hay otra piba muerta mas”.
Además, responsabilizó a la Justicia por la continuidad de los casos violentos. “Mientras se sientan impunes los femicidas y violadores, no va a cambiar nada”, dijo.
También pidió un cambio cultural y aseguró que sólo se logrará “cuando comience a aplicarse la Educación Sexual Integral (ESI) y la sociedad se prepare”.
Marcha en Esperanza
En Esperanza la movilización fue realizada en la plaza San Martín, frente al edificio de la Municipalidad, tras ser convocada por distintos colectivos de mujeres.
Cientos de vecinas y vecinos de Esperanza marcharon para exigir justicia por el asesinato de Agustina y para pedir mayores políticas que prevengan la violencia de género.
"De camino a casa quiero ser libre, no valiente", "Basta de Matarnos" o "Respeta mi existencia o espera mi resistencia", fueron algunos de los carteles llevados por las manifestantes, quienes aplaudían mientras caminaban alrededor de la plaza.
Una mujer que participó del acto dijo a la prensa que le "da miedo lo que está pasando" y que le causó "tristeza" el crimen de Agustina.
Otra docente aseguró que "hoy por hoy hay demasiado degenerado en la calle" y que a su hija le inculcó los valores de que "puede salir a la calle como ella quiera y que no le impongan el patriarcado de cómo vestirse, de que si me pinto mucho o uso tatuaje soy una trola, la esencia va por dentro no por fuera".
"Las autoridades tienen que hacerse hagan cargo de esto, que no hagan oídos sordos y tomen las denuncias", pidió otra vecina, quien reclamó "justicia por esos padres que quedaron devastados".