Redoine Faïd, un conocido delincuente reincidente al que algunos medios han llegado a calificar como el "enemigo público número uno" de Francia, protagonizó este domingo una espectacular fuga en helicóptero desde la prisión de Réau, al sur de París.
El Ministerio de Justicia detalló que un comando armado aterrizó en el patio de honor de la cárcel mientras el detenido se encontraba en la sala de visitas.
La evasión, según su comunicado, duró "apenas unos minutos", sin rehenes ni heridos, y su investigación está ahora en manos de la Fiscalía.
La emisora "France Info" detalló que el comando estaba integrado por tres individuos con armas de guerra.
El helicóptero fue hallado incendiado entre los aeropuertos parisinos de Le Bourget y de Charles de Gaulle, y sus ocupantes, según la fuente, continuaron la fuga en coche.
El patio del centro penitenciario, según la cadena "BFMTV" es el único lugar de esa prisión que no está cubierto, una situación que había sido denunciada por sus trabajadores.
Faïd, de 46 años, había sido condenado hace menos de tres meses a 25 años de cárcel como organizador de un atraco a un furgón blindado que provocó la muerte de una policía en 2010 en Val-de-Marne, en las afueras de la capital francesa.
Su fama aumentó después de la publicación en 2010 de su libro "Braqueur", en el que contaba su pasado criminal y aseguraba haber pasado página.
En 2017, fue sentenciado a diez años por haberse escapado de la cárcel el 13 de abril de 2013. En esa ocasión, utilizó explosivos y retuvo a funcionarios.
Esa fuga llevó a que Francia -además de movilizar a sus fuerzas del orden- lanzara una orden internacional de busca y captura ante la sospecha de que había huido a algún país vecino, pero el preso fue capturado seis semanas después, de madrugada, en un hotel de la región de París.
El secretario del sindicato policial Alliance Police, Loïc Travers, alertó en "BFMTV" de la peligrosidad del hombre, dado que está armado, mientras que el representante del sindicato penitenciario FO, Yoan Karar, apuntó que sus cómplices estaban bien entrenados y sabían por dónde actuar.