El jefe de la Unidad de Homicidios Dolosos, Adrián Spelta, confirmó que exigieron chalecos antibalas de modo preventivo ante la creciente violencia que experimentan en las escenas de los delitos en los que deben intervenir. Los periodistas también experimentan esta situación de inestabilidad cuando realizan las correspondientes coberturas. Este miércoles, tras el crimen de un joven en La Tablada, debieron protegerse en una vivienda tras escuchar disparos.
El periodista Hernán Funes informó en Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra en Radio 2, que los fiscales que investigan homicidios pidieron contar con chalecos antibalas a fin de garantizar su seguridad cuando trabajan. La solicitud fue confirmada al aire por Spelta, quien explicó que es “a los efectos preventivos”. “Concurrimos al lugar del hecho, nos encontramos con familiares y allegados a las víctimas y a los presuntos autores. Es una zona donde hubo violencia previa, podría haber un nuevo hecho. Por lo tanto, debemos prevenir”, indicó.
“Nos movemos en una camioneta policial, los chalecos quedan ahí por si los requiere algunos de los fiscales”, añadió al respecto.
Aunque admitió que nunca fue víctima de situaciones extremas, sí sufrió momentos de elevada tensión en donde personas allegadas por algún motivo al hecho que se investiga, actúan de manera peligrosa. Un antecedente próximo tuvo lugar el pasado 7 de enero, cuando las fuerzas de seguridad, el fiscal Adrián Spelta y periodistas que trabajaban en Casilda y Teniente Agneta por el homicidio de un joven de 20 años, quedaron envueltos en los tiros disparados por dos hombres que pasaron en moto.
Para el funcionario, la violencia se ha instalado como una forma de resolución de conflictos. “Es lo que se puede observar, en los casos de este miércoles tenemos un intento de robo y dos crímenes más en aparentes peleas”, ejemplificó en referencia a tres de los cuatro hechos de sangre ocurridos este miércoles.
Consultado sobre la circulación de armas vinculadas a este preocupante panorama, sostuvo: “Lo que se hace desde nuestra labor es tratar de sacar de circulación las armas pero su origen no puede ser analizado por nosotros, suponemos que es el robo a las armerías, se han secuestrado hasta ametralladoras pero por qué entraron en circulación requiere de un estudio amplio”, advirtió.
A los tiros por La Tablada
Ayer, en Ayacucho y Centeno fue acribillado un joven de 20 años y se supone que fue ultimado en un presunto enfrentamiento entre bandas aunque aún es tema de investigación. Mientras realizaba la cobertura televisiva del hecho para Canal 3, la periodista Almudena Munera Muñoz –también integrante de Radiópolis– debió ingresar a una vivienda de la zona luego de que se escucharan dos detonaciones.
“Estábamos en el lugar, pasaron motos y la gente empezó a correr. Desde una casa nos abrieron la puerta para que nos metiéramos. Estábamos indefensos”, señaló al aire. “En un tiempo no podremos ya entrar a algunos barrios, hay cierto odio a los periodistas”, analizó haciendo hincapié en que las verdaderas víctimas de la violencia que impera en algunas zonas urbanas son los mismos vecinos. “Nosotros todavía elegimos ingresar en esos lugares, los habitantes no tienen opción”, observó.
Los riesgos que deben tomar los trabajadores de prensa en este marco de creciente tensión fueron advertidos por el propio Sindicato de Prensa de Rosario que el pasado 17 de diciembre reunió en su dependencia a periodistas de todo el país ara analizar las “violencias urbanas y territorio”. Según acordaron los participantes, crearán un “protocolo” ante amenazas y agresiones, una guía de acción para enfrentar momentos de incertidumbre.
Refuerzos policiales en el sur
Spelta, por otra parte, ratificó lo expuesto por el periodista Hernán Funes en Radio 2. Tras la sucesión de homicidios ocurridos ayer en la zona sur de la ciudad, una saturación policial fue ordenada con el objetivo de prevenir nuevos episodios criminales.
“La zona, como otras, presentan muchos hechos de violencia, se presentan habitualmente y estamos tratando de esclarecerlos”, indicó el fiscal.
“La saturación policial se solicitó en virtud de la seguridad de allegados y familiares de las víctimas”, añadió en ese sentido y aclaró que esa presencia se sostendrá hasta que sea garantizado el bienestar de las personas que habitan en el lugar.
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