El glaucoma constituye la causa principal de ceguera y afecta a más de 60 millones de personas en el mundo, mientras que se estima en algo más de 2 millones los argentinos que la padecen. Se trata de una enfermedad oftalmológica que va produciendo la pérdida paulatina de la visión, pudiendo incluso llegar a causar ceguera. El inconveniente es que no presenta síntomas hasta un estadio muy avanzado, por lo que 1 de cada 2 personas desconoce que lo padece.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el 2020 el número de personas afectadas en el mundo rondará los 80 millones.
Ante esta cuestión Rosario3.com tomó contacto con el doctor Gabriel Bercovich, oftalmólogo y docente universitario quién afirmaba: “Hoy disponemos de una tecnología muy simple que nos permite estudiar el nervio óptico, en forma tridimensional al nervio y a la capa de fibra que está alrededor del nervio óptico, con lo cual estudiamos en forma cualitativa y cuantitativa del nervio óptico que es el que se daña en el glaucoma.
Se trata de un estudio simple en absoluto cruento; tan es así que el paciente solo apoya la pera y la frente en un equipo especial con el cual obtenemos fotos e imágenes de diferentes trayectos del nervio óptico del cual analizamos en sus capas externas y las más profundas".
De acuerdo a las mismas el oftalmólogo evalúa el estado del nervio óptico y emitimos una opinión que tiene que ver con el estado actual del nervio óptico y qué se puede esperar de él en el futuro.
- ¿Estos estudios les permiten a ustedes anticiparse al diagnóstico en etapas precoces? ¿Esta posibilidad les brinda a los pacientes nuevas chances de contener los efectos de la enfermedad?
- Lo que nosotros, los oftalmólogos podemos hacer, al igual que cualquier profesional de otras especialidades, es poner en práctica el acto médico; es decir, guiados por la clínica mediante el examen exhaustivo, la escucha atenta del paciente, volcados los datos recibidos a una Historia Clínica, le aplicamos nuestro criterio médico; luego se le piden al paciente los exámenes necesarios y éste, en particular si sospechamos que puede realizar en el futuro glaucoma.
Nos guiamos por las características observadas y por los antecedentes que el paciente nos relató; su historia y la historia de la salud y las enfermedades de sus familiares directos son fundamentales; entonces sí, los estudios complementarios y éste en particular, se transforman en un auxiliar de jerarquía para nosotros; pero el estudio de por sí no hace el diagnóstico. El estudio es un auxiliar de la clínica y del criterio médico del profesional responsable ante el paciente; quien resolverá si necesita otros estudios o concluye con éste y emite su diagnóstico; al que aplicará el tratamiento correspondiente.
El médico evalúa los antecedentes familiares del paciente, evalúa si esa presión del ojo reviste la jerarquía para solicitar estudios complementarios. De esta manera vamos arribando a la conclusión que se van correspondiendo con las evidencias con las que nos encontramos. Recordemos, por otra parte, que cada paciente es único; la misma enfermedad se comporta de acuerdo al paciente que la padece.
Hoy con lo que hemos avanzado podemos hacer el diagnóstico y la proyección del glaucoma antes del que el mismo comience a dañar al nervio óptico.
Y éste es un gran paso para poder prevenir los daños irreversibles que el glaucoma ocasiona en la población mundial.