El inicio del nuevo año es especialmente significativo para los estudiantes ya que el propio calendario académico está definido por plazos temporales que permiten al alumno estructurar su agenda observando el calendario lectivo, las fechas de exámenes y el periodo de vacaciones. Los propósitos saludables de Año Nuevo te permiten incrementar el bienestar personal durante tu vida académica. ¿Qué objetivos saludables puedes poner en práctica?
1. Veinte minutos de lectura diaria
Los estudiantes están acostumbrados a leer todos los días por la propia rutina de estudio. Sin embargo, leer por placer es una experiencia diferente. Intentá marcarte objetivos de lectura. Por ejemplo, leer un libro al mes. Encontrar veinte minutos diarios para la lectura. Asistir a un taller literario. Ir cada viernes a la biblioteca. ¿Qué opción preferís?
2. Practicar mindfulness
La mente de los estudiantes suele estar inmersa en un montón de propósitos personales y profesionales. En una etapa de la vida tan importante, cuando el estudiante tiene tantos proyectos de futuro, es importante para la mente, desconectar del mañana y poner atención en el ahora. Y el mindfulness, la técnica de atención plena, es especialmente terapéutico para lograr este objetivo de silenciar ese ruido mental, rindiendo protagonismo, únicamente, a estar y sentir en este momento.
3. Turismo cultural
Por medio de los viajes culturales podés descubrir algo muy importante: el aprendizaje está más allá del aula. Gracias a esos viajes en los que visitás monumentos, galerías de arte, conoces la historia de los edificios más emblemáticos del lugar, descubrís las curiosidades y tradiciones de una tierra, tu corazón y tu mente adquieren una visión de la realidad que va más allá de la zona de confort habitual. Por tanto, durante este 2018, podés marcarte el reto de organizar algún viaje cultural.
Podés practicar esta forma de turismo cultural de forma habitual al organizar excursiones a destinos próximos a tu localidad.
4. Encontrá otros estímulos
Tu vida académica es muy importante, pero no lo es todo en tu vida. Cuando trabajes, también deberás recordar que aunque el empleo es muy positivo, la vida de un ser humano no se reduce a sus funciones profesionales. Partiendo de esta premisa, explora la vida desde otras perspectivas diferentes. No te encierres únicamente en tus estudios. Seguro que si organizás bien tu tiempo podés explorar otras posibilidades. Por ejemplo, realizá algún curso que te guste.
Practicar una actividad de voluntariado, hacer deporte o escribir un blog son otras ideas que pueden motivarte.
5. Trabajar en equipo
La colaboración constante es una buena meta para propiciar el aprendizaje en los estudios. Podés trabajar en equipo incluso cuando no formás parte de una dinámica concreta en una asignatura específica. Por ejemplo, trabajás en equipo cuando explicás a un compañero algo que no ha entendido. Esta integración en el aula, esta búsqueda de la colaboración constante, te ayuda a sentirte integrado y valorado en el entorno del que formás parte y al que podés sumar tu mejor versión. A su vez, los demás también son un motor de inspiración para vos. Empezá a trabajar en equipo en la etapa académica para aprender estas habilidades tan necesarias en el ámbito profesional.
Fuente: formacionyestudios.com