A veces, hay coincidencias. Y las mismas pueden confluir en un texto breve de marcada belleza. Coinciden, por ejemplo, el médico que trata de ayudar al paciente en su cura y es poeta. Raúl Feroglio es ambas cosas: médico y poeta. Ejerce la profesión y trabaja desde el arte. Al respecto, Rául sostiene: “No sé si es saludable la escritura; por ahí, para el que escribe, es necesaria. La escritura se abandona a los caminos que recorre para su encuentro con los lectores; y esos caminos son insondables. Puede ser que hasta tenga alguna función terapéutica para el lector; y, tal vez, tenga alguna función paliativa para el que escribe. No lo sé”.
“Aquello que se publica es porque me conformó. Si no, no lo hubiera publicado. Por lo menos, me ha conformado en ese momento. En la medicina, como en la poesía, tengo más dudas que certezas. Tengo la sensación que en ese momento; tanto del diagnóstico como del poema logrado, que algo se estabilizó. Algo que estaba tenso, tal vez a punto de romperse; como un tono disonante en la música que se acomoda a la tonalidad natural; y que produce la relajación; es lo que encuentro parecido a lo que me pasa cuando el diagnóstico es el acertado y el poema me conforma”.