La compañía neozelandesa Perpetual Guardian anunció que está dispuesta a implementar la semana laboral de cuatro días, luego de poner a prueba la política en marzo y abril con resultados favorables. Los abogados de la firma aprobaron el experimento, sin perjuicio al salario de los trabajadores y destacando que su implementación no debe ser obligatoria.
De este modo, los trabajadores de la compañía presidida por Andrew Barnes tendrán la libertad de elegir si acotar su semana laboral a cuatro días o mantener sus horarios actuales, según sus preferencias y necesidades. La decisión refleja iniciativas similares en países como Alemania y Holanda, que buscan aplicar nuevos modelos de trabajo que favorezcan al trabajador y a la empresa.
Los resultados del experimento fueron descritos por los abogados de Perpetual Guardian como un "éxito absoluto". Según informó el periódico The Guardian, el sentimiento de conciliación ente la vida laboral y personal de los trabajadores aumentó de un 54% en noviembre a un 78% luego del experimento. Al mismo tiempo, los empleados cobraron sus salarios como si sus días de trabajo hubieran sido cinco.
Los expertos señalaron que también se redujo el nivel de estrés de los trabajadores por un 7%, mientras que el de satisfacción creció un 5%. A la luz de los datos, Barnes decidió que sus empleados podrán adherirse al nuevo sistema voluntariamente y por el mismo sueldo.
Ian Lees-Galloway, ministro de Relaciones Laborales en Nueva Zelanda, dijo que la propuesta era "muy interesante" y oportuna, animando así a otros empresarios a investigar modelos de trabajo alternativos.