El pato, de tan sólo ocho días de vida, nació en una granja de New Forest, en el condado de Hampshire, al sur de Inglaterra. Fue encontrado por su propietaria, Nicky Janaway, quien debe procurarle especial atención para que logre sobrevivir a pesar de la malformación.
"De momento, come y sobrevive y corre arriba y abajo de forma que esas patas extra actúan de estabilizadores", sostuvo la granjera. Sin embargo, la inutilidad de sus miembros sobrantes podrían provocar la muerte del animal.
Si bien esta mutación no es frecuente en las aves, existe un antecedente del año 2002 cuando en Australia nació otro pato llamado Jake, con la misma malformación de origen genético.