El juez brasileño Sérgio Moro, quien condenó y envió a la cárcel al ex presidente Luiz Lula da Silva y llevó adelante en primera instancia la operación anticorrupción conocida como Lava Jato, será el nuevo ministro de Justicia. Según trascendió este jueves, aceptó el ofrecimiento que le hizo el mandatario electo Jair Bolsonaro.
"El juez federal Sérgio Moro aceptó nuestro ofrecimiento para el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública. Su agenda anticorrupción, anti crimen organizado, así como el respeto a la Constitución y las leyes, será nuestro norte", enfatizó el presidente electo en un tuit.
Moro acudió este jueves a una reunión de 90 minutos con el ultraderechista Bolsonaro en Río de Janeiro, en cuyo transcurso aceptó la propuesta.
El magistrado conduce la operación Lava Jato desde 2014, y el año pasado condenó a prisión a Lula, en una sentencia que utilizó la justicia electoral para impedirle al ex presidente presentarse en las elecciones de este año que terminaron con el triunfo de Bolsonaro.
"Después de la reunión personal en la cual fueron discutidas políticas para la cartera, acepté honrado la invitación. Lo hice con cierto pesar porque tendré que abandonar 22 años de magistratura", señaló Moro en un comunicado enviado por su asesoría.
Consideró que la idea de "implementar una fuerte agenda anticorrupción y contra el crimen organizado, con respeto a la Constitución, a la ley y a los derechos" le llevaron a aceptar la invitación del ex capitán de Ejército.
"En la práctica, significa consolidar los avances contra el crimen y la corrupción de los últimos años y alejar riesgos de retrocesos por un bien mayor", agregó.
El magistrado señaló que la Lava Jato seguirá en la ciudad de Curitiba (al sur) "con valerosos jueces locales".
Informó también que para evitar "controversias innecesarias" se apartará inmediatamente de nuevas audiencias y concederá una rueda de prensa para ofrecer más detalles.
Moro es considerado por algunos sectores como un símbolo de la lucha anticorrupción, pero se ha convertido en el centro de las críticas del Partido de los Trabajadores (PT), que lidera Lula da Silva desde prisión.
El juez condenó a Lula en 2017 a 9 años y medio de prisión por corrupción, al hallarlo culpable por recibir sobornos de la constructora OAS a cambio de favores durante su gobierno.
Posteriormente decretó su ingreso a prisión cuando la pena fue ratificada y ampliada hasta los doce años y un mes de cárcel en segunda instancia.
El ex presidente, encarcelado desde abril último en la sede de la Policía Federal de Curitiba, es el principal rival de Bolsonaro, quien el domingo ganó las elecciones con 55% de los votos frente a 44% que obtuvo el progresista Fernando Haddad, sucesor de Lula.