La causa por el homicidio de Claudio Cantero fue remitida a un Juzgado de Sentencia para que comience el juicio. El fiscal Enrique Paz confirmó que se recavado material probatorio que falta ser agregado al proceso. Hay tres personas involucradas.
Están acusados por el hecho, Luis Pollo Bassi, ex barra brava de Newell’s y dueño de un boliche de Villa Gobernador Gálvez, Luis “Pollo” Bassi, como instigador. También Milton Damario y Facundo “Macaco” Muñoz, en calidad de ejecutores. Están procesados por un delito con pena máxima: homicidio calificado por la alevosía y la actuación premeditada de dos o más personas. La causa, que es del viejo sistema penal, para esa figura prevé un juicio oral.
“Estamos trabajando hace mucho tiempo, se han ido juntando pruebas que faltan ser incorporadas al proceso. El día martes 13 vamos a Buenos Aires a donde enviamos celulares, no sólo los secuestrados en esta causa sino en las relacionadas, éstas que tiñieron de sangre la ciudad con distintos hechos”, señaló Paz en conversación con Radiópolis (Radio 2).
Paz confió: “Tengo muchas expectativas no sólo por lo que puede haber dentro de estos aparatos sino por lo que se pueda obtener de las líneas tomadas de entre cruzamientos y los mensajes que pudieron ser eliminados peor que pueden ser recuperados”.
“Soy optimista, podemos llegar a buen puerto”, remarcó el funcionario sobre el destino de la investigación.
De acuerdo a lo publicado por el diario La Capital, la etapa que se inicia está marcada por una incógnita, ya que no se sabe si el caso se ventilará en un debate oral, como prevé la actual carátula, o mediante un trámite escrito, como exigen de común acuerdo Fiscalía y defensas mientras reclaman una acusación atenuada.
El pedido de las partes para recaratular el caso y rebajar la acusación fue planteado ya sin éxito ante el juez de Instrucción Andrés Donnola y llegó hasta la Cámara Penal. El mes pasado la camarista Georgina Depetris respondió que no era el momento procesal oportuno para pedir una calificación más leve y dijo que había que esperar hasta el inicio del juicio para discutir el asunto. Lo que ocurre es que, según la imputación que prevalezca, al caso le espera una u otra modalidad de juicio. Un debate oral y público por un delito con perpetua o un trámite escrito por una figura con 10 años y 8 meses de pena mínima.
Luego de dos años de trámite, cuando la etapa instructoria estaba cerrada y ya había formulado la requisitoria de elevación a juicio, el fiscal Enrique Hernán Paz cambió de enfoque e intentó aligerar el encuadre. Le pidió dos veces al juez acusar por la figura más leve de homicidio sólo agravado por el uso de arma de fuego, con proceso escrito. En una sintonía inusual entre partes en pugna, el abogado particular de Bassi, Fernando Sirio, y el defensor oficial de Muñoz, Oscar Loberse, plantearon lo mismo.
Por un lado, las partes alegaron un problema de congruencia. Señalaron que al indagar a los acusados no se les reprochó el agravante de la premeditación. Esto, razonaron, les causó un perjuicio porque les impidió defenderse del reproche más grave. Lo que volvería a esa imputación blanco de nulidades. Por otro, el acusador advirtió que no existen pruebas para demostrar el concurso de dos o más personas en la escena del crimen. El debate no está cerrado.
El expediente recayó por turno en el Juzgado de Sentencia Nº 3, a cargo de Edgardo Fertitta. El magistrado comenzó con el trámite para cambiar la disposición de los efectos secuestrados pero acumulará la causa en el Juzgado de Sentencia Nº 3 a cargo de Gustavo Salvador, porque allí tienen otras causas en curso los acusados.
Otras acusaciones
La Capital también señala que, en plena etapa probatoria de un juicio escrito, se juzga allí a Bassi, Damario y Muñoz por el crimen de Juan Pablo Colasso, acribillado bajo un infierno de plomo frente a su casa de Villa Gobernador Gálvez la madrugada del 16 de noviembre de 2012. Damario y su hermano José Iván, además, son juzgados por el asesinato a balazos de Lucas Fabián Espina, ocurrido la madrugada del 27 de enero de 2013 en la zona sur de Rosario.
Con el cambio de juzgado intervendrá otro fiscal, Guillermo Corbella, el mismo que actúa en las causas Colasso y Espina. Todavía no fue notificado del arribo del expediente a Sentencia pero adelantó que sostendrá el cambio de carátula solicitado por el acusador que lo precedió. “El titular de la acción penal tiene la facultad de hacer una revaluación, reformular y readecuar su acusación”, planteó.
En breve el fiscal y las defensas reiterarán el pedido de atenuar la calificación como trampolín a un juicio escrito. Es una situación atípica y con pronóstico abierto: el juez Salvador puede hacer lugar a ambas cosas o dar curso a un juicio oral y que sea allí donde se plantee el encuadre penal más leve.
“No es un tema cerrado. Es amplio el bagaje de posibilidades”, reconoció el defensor Sirio, quien “inmediatamente” presentará un escrito reclamando la nueva acusación y el juicio escrito. “Es una cuestión de interpretación política, no es estrictamente técnica. Las partes involucradas, fiscalía y defensa, plantean que sea un proceso escrito. ¿Qué otro camino puede haber cuando ambas partes están de acuerdo? El juez no puede decidir en contrario”, opinó de cara a un juicio indefinido como una página en blanco, mientras las partes en juego empiezan a delinear sus estrategias.