“Juan Cruz nos da fuerza”, dijo con la voz firme su hermano Ignacio este lunes después de reunirse con la jueza que sigue su caso. Y antes de regresar a su casa con pocas novedades. Juan Cruz es Juan Cruz Ibáñez, el joven estudiante de Ingeniería oriundo de Murphy asesinado en su departamento hace casi un mes. Su caso resonó a nivel nacional, entre otras cosas porque hay un adolescente detenido que hace mucho está bajo la lupa de la Justicia. Esta tarde el presidente Mauricio Macri recibirá a los familiares.
Juan Cruz fue hallado muerto el viernes 29 de julio en su departamento del segundo piso de Zeballos al 2100, a una cuadra de los Tribunales provinciales. Presentaba 20 heridas de arma blanca. Ese jueves por la noche iba a salir con unos amigos, como habitualmente hacía esos días, pero decidió quedarse.
Su mamá compartió con él, sin saberlo, sus últimos días. Entre el miércoles y el jueves previos al hecho, Sonia se quedó en su casa. “Como toda mamá, cuando vamos a los departamentos donde ellos –sus hijos– viven solos, se los ordenamos, les ponemos sábanas y toallas limpias... A la tarde regresé a Murphy y él a las 9 de la noche me llama y me dice: «Sos la mejor del mundo, me dejaste el departamento espectacular». Me dijo que se iba a hacer unos fideos con crema y se iba a dormir. Eso fue lo último”, recordó.
Lo peor llegaría la mañana siguiente: “Me habla la administradora del departamento para ver si sabía algo de Juan, porque una vecina vio la puerta del departamento abierta. Yo pensé que le había quedado abierta de despistado al irse al trabajo. A la media hora un amigo me tiene que dar la noticia de que Juan estaba muerto en su departamento y que no lo dejaban entrar”.
El auto chocado, el escape en taxi y la fuga interrumpida a Chaco
Según se pudo reconstruir en los días posteriores al crimen, el presunto asesino habría atacado a Juan Cruz con un cuchillo de su propia cocina. Habría trepado al segundo piso por las rejas de una clínica lindera y sorprendido al muchacho cuando dormía. La policía ubicó en el balcón una huella.
Después de cometer el homicidio procedió a robar. Sustrajo ropa, una guitarra, y un celular. Se presume que quiso llevarse el auto de Ibáñez de la cochera, pero no pudo. El coche, modelo Volkswagen Gol, estaba chocado en su parte delantera.
Al no poder fugarse en el vehículo, tocó el timbre de una vecina para que le abra la puerta del edificio. La mujer se asustó y llamó al 911. Cuando la Policía llegó ya se había ido. Para salir del edificio, rompió el sistema de llave electrónica, tomó un taxi y se fue a la casa de familiares que terminaron detenidos e imputados por encubrimiento, ya que en el domicilio se encontraron algunos elementos robados.
El taxista que llevó al supuesto asesino, al enterarse de la noticia del crimen, relacionó que el homicida podría ser el pasajero que llevó y se presentó a declarar. Su testimonio fue clave para dar con él.
Lo detuvieron el 4 de julio en un ómnibus camino a Chaco. Fue su 11ª detención en cuatro años. Ahora se encuentra en el Instituto de Rehabilitación del Adolescente (Irar), a disposición de la jueza de menores Dolores Aguirre Guarrochena.