El bono de fin de año puede llegar a ser un bonito. Es que ese suplemento salarial para compensar la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores pagará impuesto a las ganancias. No sólo eso, puede hacer que aquellos que tienen sueldos que por poco hoy no están alcanzados por ese tributo deban pagarlo.
Se sabe que no todos cobrarán el bono. Según el decreto publicado en el Boletín Oficial, la asignación es "no remunerativa" y deben percibirla "todos los trabajadores en relación de dependencia del sector privado". Pero hay excepciones: empresas en situación de crisis o declinación de ventas podrán negociar extender plazos y bajar montos y aquellos sectores que hayan ejecutado cláusulas de revisión en las paritarias lo podrán tomar a cuenta de futuros aumentos.
Encima, pagará Ganancias, lo que puede generar situaciones desfavorables para el trabajador, por ejemplo para aquellos que ganan algo menos que el mínimo no imponible, que es de $29 855, y que por saltar encima de esa cifra deberán tributar.
El bono está previsto que se pague en dos cuotas: una en diciembre y otra en febrero.