Cuando se están por cumplir dos semanas de la muerte de Natacha Jaitt se conocieron las grabaciones de los llamados al 911 de las personas que estuvieron con ella durante la fatídica madrugada del sábado 23 de febrero, cuando la actriz fue encontrada sin vida, desnuda, sobre una cama del salón de eventos Xanadú, en la localidad de Benavídez, con restos de cocaína en sus fosas nasales y sin signos de violencia externa.
La primera comunicación la realizó Gonzalo Rigoni, el dueño del salón de fiestas. “Necesito una ambulancia urgente. Hay una chica que se desmayó. Parece que no respira”, se escucha decir al empresario.
Más tarde, y ante la ausencia de la asistencia, Rigoni reiteró el llamado. “Pedí una ambulancia urgente hace rato. Se desmayó una amiga y no respira. Me parece que estaba con drogas o algo así”.
Además, se conoció una tercera comunicación al 911 por parte del empresario paraguayo Raúl Velaztiqui Duarte. “Vine a buscar a una amiga que me llamó que estaba descompuesta y no respira”, afirma, y corta luego de que el operador le preguntara la edad de la mujer que necesitaba asistencia.
En realidad, había sido el propio empresario quien llevó hasta ese salón a la mediática para presuntamente cerrar una serie de eventos.
Justamente, Velaztiqui Duarte, de 47 años, está imputado de falso testimonio
El empresario declaró por primera vez el sábado, horas después de la muerte de Jaitt, y amplió su testimonio dos días después en sede judicial.
Además, el procurador General de la provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand, sostuvo que gracias a las filmaciones del lugar se pudo corroborar que el empresario estuvo en lugares donde había dicho que no había estado.
“No supo dar respuesta a actitudes que surgen del análisis de los videos ni a las referencias sobre el lugar en el que dice que estuvo, en su primera declaración. Además titubeó y fue incongruente”, indicó el funcionario.
Otra de sus contradicciones tiene que ver con el celular de Jaitt dado que el sábado, en su primera declaración, había dicho que no sabía nada del teléfono de la modelo. Sin embargo, los investigadores, analizando las imágenes de 12 cámaras de seguridad, lograron determinar que en realidad tomó el aparato de la mochila y lo llevó a su auto.
Velaztiqui Duarte también fue incongruente con respecto al cuerpo de Natacha. Primero había dicho que estaba boca arriba y luego aseguró que estaba boca abajo. También afirmó que no manipuló nada en la habitación, mientras que en las imágenes se ve que lleva una prenda que puede ser con la que envolvió el equipo.
El martes de la semana pasada, Velaztiqui fue indagado en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de Tigre por dos de los fiscales que investigan la causa, Sebastián Fitipaldi y Diego Callegari y reconoció que tuvo algunas contradicciones porque “tenía miedo”.