Cuando hace 71 años, el 7 de noviembre de 1947, se celebró por primera vez el Día del Canillita por coincidir con la la muerte del dramaturgo uruguayo Florencio Sánchez –autor de la obra teatral “Canillita”– no imaginaban que el trabajo iba a cambiar radicalmente, al punto que hoy no son los diarios los principales productos que venden los quioscos.
La caída en ventas que sufre desde hace años los formatos de prensa en papel, a partir de la irrupción de internet y el auge de los diarios digitales, llevó a que muchos salieran del rubro y otros tuvieron una obligada reconversión.
Carlos Martínez, del Sindicato de Canillitas de Rosario, explicó que hoy subsisten gracias a los objetos de colección, como los autitos, que se venden con fascículos temáticos.
“La situación es complicada, estamos sufriendo las consecuencias de esta situación económica. Y es una crisis dentro de otra crisis. La prensa escrita viene teniendo problemas desde ha ya varios años con las nuevas tecnologías”, explicó en diálogo con Radio 2.
Y agregó que a partir de la salida del cepo cambiario en 2016 y la entrada de productos de importación, empezaron a tener “algo de oxígeno” a partir de estos fascículos y objetos de colección que “se venden muy bien y compensaron en gran parte la caída de los diarios y las revistas”.
Funcionan muy bien los autitos clásicos pero también otros objetos como aviones de la Segunda Guerra Mundial, planetas del sistema solar, insectos, muñecos de distintos superhéroes, pinturas o cascos de Fórmula 1.
También siguen funcionando, dicen los canillitas, revistas de “nicho”, como las de pesca, aventura, historia, ciencia, arquitectura, decoración y consejos para novias y quinceañeras.
Todo muy lejos de lo que imaginó Florencio Sánchez. Cómo sea, feliz día, canillitas.