Noviembre de 2018. Un jefe de inteligencia antinarcóticos (Javier Makhat) vive en un departamento de lujo que figuraba entre las propiedades de un supuesto jefe narco (Esteban Lindor Alvarado). No había un error de escrituras: el policía habría comprado esa vivienda en los Condominios del Alto al sospechoso de narco y condenado por robo de autos de alta gama. Lo pagó a un valor muy inferior a su valor. La operación es investigada por los fiscales de la causa estos días.
El vínculo entre ambos surgió por “sorpresa” en medio de allanamientos realizados el jueves de la semana pasada por un crimen mafioso. Lo cierto es que los investigadores buscaban al delincuente (Alvarado) en esa casa vip frente al shopping y encontraron al policía (Makaht).
Abril de 2013. Ese mismo jefe policial (Makhat) es mencionado en un correo electrónico que fue prueba en la causa Los Monos. Lo redactó otro policía (Gustavo "Gula" Pereyra) en abril de 2013 y lo envió al Ministerio de Seguridad. Esa acusación que ya tiene cinco años consistía en que el mismo presunto narco (Alvarado) le donó un terreno al comisario antidrogas (Makhat) para construirse una casa en un barrio de Roldán.
“Haciendo averiguaciones me entero que en la Dirección está el oficial Macat (sic). De muy buena fuente me dijeron que es un soldadito de Esteban Alvarado", escribió Gula Pereyra según reveló el periodista Hernán Lascano en La Capital.
En ese resumen de la investigación que elevó por escrito a sus superiores, involucró a otros dos policías en la donación del supuesto narco Alvarado: "El Chino Paz y Chamullo Di Franco".
Gonzalo Paz fue oficial de la ex Dirección de Drogas Peligrosas y es el actual jefe de la Unidad Regional XVII de San Lorenzo. Di Franco es un policía también con largo recorrido en divisiones antinarcóticos.
2012, 2014 y 2016. Un narcotraficante que se reconoció como informante de las fuerzas de seguridad, Juan José Muga, declaró ante la Justicia federal tres veces que jefes policiales de la ex Drogas Peligrosas de la Policía de Santa Fe le armaron una causa en su contra en septiembre de 2012.
En una declaración de febrero de 2014 dio una lista de diez uniformados a los que acusó de “manejar el narcotráfico” de Rosario. Mencionó a Gonzalo Paz, el Chino. Declaró que había pasado esa información a la jueza federal Laura Cosidoy. Las pericias confirmaron contactos telefónicos entre ambos. No su contenido. La magistrada no fue citada para aclarar la situación.
En junio de 2016, en el juicio oral y ante la presencia de periodistas, Muga profundizó sus acusaciones y se centró en tres uniformados. "Romitti, Romero y el Chino Paz", dijo y lamentó que su primera acusación fue en 2012 pero ningún investigador federal avanzó sobre sus dichos.
En aquel momento, el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, respondió a Rosario3.com que la acusación contra Paz, jefe de la Policía de San Lorenzo, la hacía "un narcotraficante que está preso". "Si me dan una prueba, los separo de la fuerza", aclaró.
El Ministerio de Seguridad ya tenía para ese fecha, junio de 2016, la investigación del comisario Gula Pereyra (a su vez investigado y absuelto en la causa Los Monos) que unía al Chino Paz, con Makhat y con el delincuente y presunto narco Alvarado.
Además, duerme en la Justicia federal una denuncia anónima presentada en 2014 contra Paz en el municipio de Roldán por el manejo de bunkers en la zona.
Pero todos esos datos navegaron dispersos en la marea de expedientes apilados en el fondo de un juzgado, en mails de un ministerio que corre tras las urgencias y en declaraciones resonantes que al poco tiempo se olvidan. Hasta que un error o la casualidad desnudan un sistema corrupto en donde la Policía (con cada vez más denuncias por ilícitos) es parte del problema.