Este lunes se conoció la identidad del segundo muerto en el recital de Carlos Indio Solari en Olavarría y la sorpresa ganó a todos: Juan Francisco Bulacio, de 36 años, con residencia en Garín, provincia de Buenos Aires.
Inmediatamente la situación remitió a otra noche negra con el Indio de protagonista, en abril de 1991, cuando tras un recital de su grupo de entonces, Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, un joven llamado Walter Bulacio fue detenido y torturado por la policía, para fallecer días después.
"La coincidencia del apellido entre la segunda víctima del recital del Indio y Walter Bulacio es un simbolismo macabro, pero no hay parentesco entre ellos. Es una casualidad con una carga simbólica tremendamente fuerte", aclaró Maria del Carmen Verdú, abogada de la familia de Walter Bulacio, en una radio porteña.
Siete días pasaron entre el recital de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en Obras y la muerte Bulacio, de 17 años. Efectivos de la Comisaría 35 lo detuvieron por averiguación de antecedentes, lo retuvieron en la comisaría y lo llevaron horas más tarde al hospital Pirovano. A Walter le dieron una paliza. Una semana después del día que debía ser una fiesta, murió. Luego, la autopsia diría que se hallaron huellas “inequívocas de golpe con objetos contundentes en miembros, torso, cabeza y extremidades”.
Fue uno de los casos más emblemáticos de una muerte en el rock. Primero, por tratarse de un pibe menor de edad. Pero además, por la violencia represiva de la Policía Federal. El juicio demoró más de 20 años. El caso, inclusive, llegó hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El otro fallecido del recital del Indio Solari del sábado fue identificado como Javier Fernando León, de 42 años.