Si lo que buscaba Cristina Kirchner con su embate contra la jueza María José Sarmiento era que la magistrada resolviera rápido la apelación del gobierno al fallo que trabó la creación del Fondo del Bicentenario y al que repuso a Martín Redrado al frente del Banco Central, ocurrió todo lo contrario. Es que la funcionaria judicial convirtió la causa en un juicio ordinario, por lo cual se estiran los plazos.