Eran las 8 de la noche. La nena caminaba de la mano de su mamá por el barrio porteño de Flores. El recorrido que hizo la víctima hacia su inexplicable asesinato quedó registrado por una cámara de seguridad que, además, fue la clave para detener a la acusada.
Soledad Angélica había dicho que se iba al quiosco con su hija de 10 años. El padre de la víctima y sus dos hermanos se habían quedado en el departamento.
El video de seguridad muestra a las mujeres doblar por la calle Terrada hacia el negocio. No puede verse ningún forcejeo entre ellas. Por el contrario, casi con normalidad, la madre empuja de golpe a la nena hacia un lugar más oscuro, entre dos autos.
Fue en ese lugar donde degolló a su hija, la tapó con un cartón que sacó de un contenedor de basura y se fue caminando sola, como si nada hubiera pasado.
Esa grabación y el testimonio de los vecinos facilitó la detención de la mujer, a solo dos cuadras de la escena del crimen. Llevaba encima el documento de su hija y un cuchillo de caza, que sería el arma que usó para matarla.