Ante el rechazo que la gente tiene a las agujas, investigadores de la Universidad de Berkeley impulsan su desaparición en los procesos de vacunación. En su lugar desarrollaron un dispositivo, del tamaño de una pastilla, encargado de suministrar las moléculas que luego inmunizan al paciente.
Con sólo introducir la pastilla en la boca y llevársela contra la mejilla, se libera su contenido. En las pruebas de laboratorio con animales, se corroboró que la técnica permite que las moléculas penetren en la capa mucosa y estimulen una respuesta inmunitaria en la región bucal, lugar por donde muchas infecciones entran al cuerpo.
El estudio, publicado en Science Translational Medicine y reproducido por El Espectador, todavía no ha implicado la administración de la vacuna en personas, pero demostró que el dispositivo, llamado MucoJet, es un primer paso hacia una administración oral más eficaz de las vacunas.
Lo que viene ahora es probar la entrega de una vacuna real en animales grandes, mientras ensayan alternativas para que la pastilla pueda ser tragada y libere las moléculas internamente. Se espera que los resultados finales estén dentro de cinco años y en un máximo de diez ya podrían comercializarse las píldoras.
El objetivo final es facilitar la inmunización de los pacientes con temor a las agujas, uno de los grandes problemas con los que se encuentran los médicos a nivel mundial.