Científicos norteamericanos desarrollaron un mecanismo para mantener controlado el sida sin necesidad de que las personas infectadas continúen tomando medicamentos.
El equipo de Biomedicina del Centro de Investigación Scripps diseñó un sistema que consigue que un conjunto de anticuerpos se adhiera a la superficie de la célula con VIH, impidiendo al virus acceder a un receptor clave de la misma. Como consecuencia de ello, se frena la extensión por el cuerpo de la enfermedad.
Al final del proceso, las células que no cuentan con este sistema de defensa (que no acceden al mencionado receptor) acaban muriendo, mientras que las que sí lo tienen sobreviven y se multiplican. Su progenie hereda de esta forma la protección.
En las pruebas de laboratorio se observó que las nuevas y sanas células reemplazan a las enfermas que van desapareciendo, lo que a la larga podría llevar a la curación del enfermo.
“Podríamos decir que se trata de una especie de vacuna celular”, indicó Richard Lerner, una de las mayores autoridades mundiales en inmunología y uno de los líderes de la investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences y reproducida por Muy Interesante.
Ahora los investigadores tienen previsto colaborar con los responsables del centro médico City of Hope, en Duarte (California), para evaluar la eficacia de esta técnica y la posibilidad de desarrollar a partir de ella un tratamiento contra el VIH.