Una joven fue condenada a 9 años de cárcel por la muerte de su bebé. Se trata de Yamila, la chica de 23 años que dio a luz a un hijo que luego, fue hallado sin vida. La jueza Marisol Usandizaga, la sentenció por abandono de persona seguido de muerte, agravado por el vínculo. "Las mentiras de la imputada son varias, avezadas, y dirigidas a crear una imagen en la que se presenta víctima de algo que denomina accidente. No se trata de un aborto", manifestó y sostuvo: “Lo ocultó porque no quería a ese hijo".
De acuerdo a lo que publicó el diario Rosario12, la jueza Marisol Usandizaga condenó a nueve años de prisión a Yamila S., la joven madre que en 2012 tuvo un parto "en avalancha" en el baño, y más tarde el bebé fue hallado sin vida. "Lo único que debía hacer era pedir ayuda a sus padres. Todo demuestra que estaba en condiciones. Pero decidió no hacerlo", sostuvo.
La sentenció por abandono de persona seguido de muerte, agravado por el vínculo. La joven, que permanecerá en prisión domiciliaria hasta que quede firme la pena, declaró que se asustó al dar a luz durante una descompostura, que vio "caer" al bebé envuelto en la placenta, que la rompió con sus manos y creyó que su hijo estaba sin vida; lo puso en una bolsa y lo dejó sobre el lavarropas, mientras intentaba limpiar la sangre de una fuerte hemorragia. Todo, sin decirle nada a sus padres, quienes la trasladaron a un sanatorio, y recién allí reveló lo sucedido. Para la jueza, debió pedir ayuda y como no lo hizo, debe estar presa. También la tildó de "mentirosa" y "manipuladora", por el ocultamiento. Criticó a las ONG de mujeres que pidieron su absolución y negó que el caso se asimile al de Belén (de Tucumán) o Romina Tejerina (de Jujuy).
"Soy inocente, yo no lo maté. Se me cayó de tanto hacer fuerza para vomitar. Yo solía tener ataques de hígado. Esa noche comí algo que me hizo mal. Me impulsé hacia el inodoro, hice fuerza para devolver y ahí se cayó todo. Rompí la bolsa, y bueno, vi que estaba muerto. Me empecé a sentir mal y no sabía dónde ponerlo. Había una bolsa, lo dejé ahí y lo metí adentro del lavarropas porque no lo quería dejar en el suelo, ni en la bacha", declaró la muchacha quien en ese momento tenía 19 años. Hacía cuatro meses se había separado del padre de su nena, y le ocultó el embarazo al ver que su relación no mejoraba. Tampoco se hizo controles prenatales. Todo ello, fue duramente cuestionado por la jueza.
La autopsia determinó que "el recién nacido respiró fuera del seno materno". Y arrojó que "la muerte fue causa de una acción traumática que, probablemente por efecto de aceleración y desaceleración, ocasionó lesiones encefálicas graves". Sin embargo, el forense refirió que si lo llevaban a un efector quizás sobrevivía. Por eso, a Yamila se le imputó "no haber evitado la muerte de su hijo, representándose que su omisión llevaría al deceso, acorde lo por ella planificado", le achacó. También se la acusó de no haber tenido cuadros de angustia, a pesar de que su psicóloga dijo que "no hay ningún protocolo que diga cómo reaccionar ante la pérdida de un hijo".
La magistrada se refirió a las ONG de mujeres que pedían la libertad de Yamila, mientras que la Fiscalía solicitó 18 años de cárcel. "Ignoro si como estrategia o porque creyeron la versión de la imputada, una personalidad manipuladora, plantearon el caso como uno de violencia de género". Para Usandizaga, lo descripto por las organizaciones es contrario a la realidad de la muchacha: "Al momento del hecho era hija única, de padres trabajadores. Cursó sus estudios primarios y secundarios en una institución privada y tiene estudios terciarios. Es muy querida, cuidada y protegida por sus padres. La conducta de su ex pareja no fue enmarcada en un contexto de violencia", resumió la jueza; cuando en el expediente se leen las críticas del hombre hacia su ex por no "cumplir" con lo que considera funciones de madre. Sobre este punto, las ONG remarcaron que Yamila sufría violencia psicológica.
"Las mentiras de la imputada son varias, avezadas, y dirigidas a crear una imagen en la que se presenta víctima de algo que denomina accidente. No se trata de un aborto", diferenció. "Ocultó su embarazo, tal como el anterior, en una conducta desaprensiva de cualquier otro ser que no sea ella", lanzó. También la tildó de mentirosa, porque dijo que le avisó al padre de la nena de su primer embarazo cuando estaba de tres meses; pero éste dijo enterarse quince días antes del nacimiento. "No ocultó su embarazo, sino que mintió deliberadamente sobre la existencia del mismo", reprochó Usandizaga.
"No podía hablar. No podía caminar. Pero sí tuvo fuerzas para tomar una bolsa, poner allí a su hijo, meterlo dentro de un lavarropas, y limpiar todo el baño. ¿No era más fácil gritar por ayuda? Nunca tuvo intención de pedirla. Lo ocultó porque no quería a ese hijo", opinó.