Con un doble accionar, en las calles y en las oficinas, el gobierno provincial salió a buscar revertir las sospechas por complicidad de la Policía local con el narcotráfico. Por un lado, demolió con topadores una “cocina” de drogas allanada el jueves en Ayacucho al 3800 como una forma de enviar un "mensaje político" y, por el otro, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, reunió a todos los jefes de la fuerza de seguridad local para exigirles “combatir férreamente” ese negocio ilegal.

El gobierno hizo uso de aquello que una imagen vale más que mil palabras y ordenó derrumbar el inmueble donde se fraccionaba y vendía cocaína en zona sur. Después del accionar de las palas mecánicas, el lugar quedó reducido a escombros. El propio secretario de Seguridad Comunitaria, Angel Ruani, reconoció ante las cámaras de El Tres (Telenoche) que la movida se trató de un "mensaje politico contra el delito complejo".

El funcionario explicó que la medida se pudo hacer porque nadie reclamó la propiedad de la vivienda y estaba ubicada sobre un terreno fiscal. Además, contó que es la segunda vez del año que se demuele un inmbueble por un caso similar. "Donde se puede hacer, lo vamos a desarrollar", dijo a futuro.

Una vecina del lugar y testigo de la demolición celebró el accionar. "A mí me arruinaron la vida porque tengo hijos drogadictos. A la droga la odio" , dijo y agregó: “Esto tendrían que hacerlos en todos los lugares”.

La medida, que no es la primera vez que se lleva a cabo pero es poco habitual, es un golpe de efecto en medio de la polémica por el procedimiento de la Policía bonaerense y la fiscalía de la ciudad de San Nicolás en el barrio Las Flores.