Sergio Schoklender, quien fuera el apoderado de Madres de Plaza de Mayo se refirió al detenido ex secretario de Obras Públicas López como uno de los hombres más poderosos del país durante el gobierno kirchnerista, luego de que el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi dispusiera que ambos sean llamados a prestar declaración por la causa “Sueños Compartidos”, junto con el ex ministro de Planificación Julio De Vido, y varios ex mandatarios provinciales, entre ellos el gobernador Miguel Lifschitz. “Quieren embarrar la cancha”, sostuvo.

En diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra en Radio 2, Schoklender se refirió a López: “Era uno de los hombres más poderosos del país después de De Vido, todos los sindicatos y empresarios le rendían pleitesía y de pronto, empezó a caminar como un hombre normal y guarda en su casa este cambio chico. Alguien le dice que va a haber un allanamiento, mete el dinero en un bolso, sale disparando al convento pero el obispo se había muerto y las monjitas no le abren la puerta”, señaló.

Para el abogado, López no fue “entregado”. “Fue una casualidad, se están agarrando la cabeza. Es una casualidad y no creo que haya sido una maniobra de inteligencia”, destacó.

Schoklender se refirió a la citación, junto con su hermano Pablo, en el marco de la causa que investiga la presunta comisión de los delitos "defraudación a la administración pública" y "lavado de dinero" a través del programa de construcción de viviendas sociales Sueños Compartidos. “Intentan embarrar la cancha, es una causa que está paralizada hace 5 años y cuando salgo a hablar la reflotan. Yo siempre dije lo mismo, dí una batalla judicial solo. La Justicia federal fue cómplice de esto, porque estos dólares que vimos (en relación al dinero que intentó enterrar López) no es nada en comparación de lo que esta gente (los kirchneristas) movió”, manifestó. Luego, deslizó que “misteriosamente” se llama declarar a una cuarentena de funcionarios y “reflotan” la causa cuando hace una semana atrás se le levantó la inhibición de bienes y se le restituyó el dinero de la fianza.

“Estas causas desfilan y quedan en la nada. Lo que vieron de Lázaro Báez no fue sólo en Santa Cruz, ahí se concentró lo peor pero a lo largo y ancho del país, está lleno de obras y rutas que no van a ningún lado, de pueblos enteros que figuran con calles asfaltadas y no lo están”, agregó.

En su resolución, el juez Marcelo Martínez de Giorgi indicó: "Las notas apuntadas permiten reconstruir una hipótesis delictiva, según la cual Sergio Mauricio y Pablo Guillermo Schoklender, valiéndose del prestigio y trayectoria de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, habrían utilizado a la Fundación de la cual eran apoderados, en connivencia funcionarios públicos nacionales, provinciales y municipales, para gestionar y obtener ilegítimamente fondos de la Secretaría de Obras Públicas dependiente del Ministerio de Planificación Federal".

En ese sentido, Schoklender expresó: “Mientras yo estuve en la fundación no hubo la menor desprolijidad en el manejo de los recursos públicos porque no lo permití. Uno veía, escuchaba rumores pero no hubo retornos mientras estuve en la fundación”. También acusó a López de pretender direccionar las empresas constructoras que participaban en el proyecto: “No se lo iba a permitir”, subrayó.

En ese sentido, mencionó la obra del barrio Toba: “Fue una obra que la tuve que luchar a brazo partido porque el gobierno nacional jamás apoyó obras para Pueblos Originarios, jamás quiso recibirlos. Logré que avanzara esta obra porque logré que se compren los terrenos antes de que desalojen a la comunidad. Hoy hay un barrio que la provincia lo terminó con mucho esfuerzo”.

Consultado sobre el supuesto pago regular de los salarios a los trabajadores, dijo: “Nunca, mientras yo estuve” y brindó una explicación: “Lo que sucedió fue que cuando la pelea con López llega al extremo, renuncio. Hebe (De Bonafini), en un ataque característico de ella, echa a los arquitectos, a los ingenieros, a los abogados, es decir, a la gente que yo había llevado a trabajar a la fundación. Esto paralizó las obras, no había plata para pagar los sueldos. Ella dijo que yo me había robado la plata, una locura y desde atrás el que se frotaba las manos era López porque inmediatamente renegoció los contratos de la fundación”.

Sin embargo, advirtió: “Esto es anecdótico. El problema de la corrupción es mucho más imporante que esto”.

A continuación, añadió: “Hebe no fue corrupta, luchó en la más absoluta soledad y se encontró con Néstor y Cristina, sobre todo Néstor que las recibía. Detrás de esos exabruptos estaba la necesidad de que alguien la escuchara”.

Finalmente, se explayó sobre el matrimonio Kirchner: “Néstor defendía un proyecto, Cristina no porque no defiende nada en la vida. Néstor tenía una idea y cierto orden, cuando muere se descontrola, siguen recaudando pero para sus bolsillos, y Cristina sólo se preocupa por ella. Era parte del negocio –continuó– en la mayor parte de las obras está la firma de Cristina. Usaban partidas del Tesoro Nacional reasignadas con la firma del presidente los pagos que tenían que salir con la firma de Boudou. De Vido mandaba a Economía y liberaban el pago”.

“El problema es más grave, en Argentina hay grandes grupos concentrados contratistas que sobreviven a distintos gobiernos, están desde la dictadura y seguro seguirán durante el macrismo”, terminó.