La explosión y derrumbe del Apolo, en Alem al 2900, fue una “bomba”. La comparación la realizó el director de Obras Particulares de la Municipalidad de Rosario, Carlos Nhyon. Por su parte, el director Protección Civil, Marcos Escajadillo, reveló que “el impacto fue muy grande”.
Una explosión de una garrafa del laboratorio durante esta madrugada provocó un incendio y el derrumbe de las instalaciones y de los inmuebles linderos. La zona, en la que aún trabajaban personal de las áreas de emergencia y la Policía de Rosario, estaba cubierta de escombros y sobresalía la ausencia de las edificaciones perdidas.
En diálogo con Radiópolis (Radio 2), el director de Obras Particulares Carlos Nhyon, sostuvo: “Fue una bomba, está todo mal. Muy mal”. El funcionario, quien estaba junto a otros agentes municipales y provinciales en el lugar, confió en que el hecho se asemeja a la tragedia de calle Salta 2141 y el derrumbe de Balcarce y Brown de marzo pasado.
Nhyon advirtió que la zona aún corría peligro: “Está todo en el aire”, manifestó y reparó en la presencia de otra caldera del inmueble también afectada.
Por su parte, Escajadillo informó que se hacía por tercera vez un relevamiento de la zona. “El imapcto fue de una magnitud importante”, expresó y también admitió que el hecho era comparable con las explosiones antes mencionadas.
“Esta explosión en otro horario hubiera tenido una mayor cantidad de víctimas y una severidad más importante”, manifestó finalmente.