La clausura de La Tienda –el boliche donde se vio con vida a Gerardo Escobar por última vez– tomó por sorpresa a sus dueños. El apoderado legal del local, Maximiliano Nicosia, aseguró que una medida de este tipo en este momento “es demonizar el lugar” y destacó que lo importante ahora es descubrir qué pasó con el joven empleado de Parques y Paseos, que una noche fue a bailar allí ya apareció muerto en el río una semana después. Desde la Municipalidad, el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Pablo Seghezzo, explicó que las razones de la clausura son meramente “preventivas”.
En diálogo con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2, Nicosia sostuvo que la medida con la que se toparon este martes fue “exagerada” y cae en el peor momento porque tiende sobre el local un manto de sospecha cuando desde la firma –enfatizó– colaboraron en la investigación con videos y testigos.
“Clausurar en este momento es demonizar el lugar”, aseguró y deslizó que desde el Palacio los Leones las versiones indicaban que la medida tenía como fin “descomprimir la opinión pública”.
Para el letrado esto es “mezclar las cosas” y opinó que “es más importante” abocarse a mejorar otros puntos de la seguridad rosarina que para este entonces habría aportado muchos más datos sobre lo que pasó con Pichón Escobar. “Cómo mejoramos el sistema de videovigilancia, la zona liberada del parque España, donde no hay patrulleros”, ilustró.
Por su parte, Seghezzo aclaró que la clausura “fue de rutina”, un protocolo que se sigue cada vez que se registra un episodio de violencia asociado a un boliche. Para el funcionario, la desaparición y muerte de un joven “a la salida de un local es un hecho gravísimo”.
Perímetro de seguridad y ¿campana?
Consultado sobre el sistema de seguridad que tiene La Tienda, con –supuestamente– personal de custodia que vigila la zona en un radio de no menos de 100 metros, Seghezzo sostuvo que ello fue uno de los grandes problemas para detectar cuándo el local violaba su habilitación.
Explicó que al divisar los vehículos de inspección, los patovicas avisaban inmediatamente al personal del boliche que cortaba la música y prendía las luces. Y es que, advirtió Seghezzo, la Tienda puede funcionar las 24 horas sólo como bar; sin embargo en dos ocasiones fue clausurado por hacer las veces de boliche.
En tales ocasiones –apuntó– se logró realizar la clausura gracias al trabajo encubierto de agentes.
“Realizamos mas de 130 inspecciones y las veces que los pudimos agarrar fue con inspectores encubiertos”, indicó.
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