Este domingo un incendio de grandes proporciones cubrió la mayor parte del Museo Nacional de Brasil, en Río de Janeiro. Las llamas no solo dañaron el edificio de más de 200 años de antigüedad sino mucho de los que había adentro. Del registro preliminar de objetos estropeados, BBC Mundo realizó un listado con los cinco ítems considerados “invaluables” destruidos por el fuego.
El museo tenía más de 20 millones de artículos de diferentes períodos de la historia de Brasil y del mundo, con lo cual el incendio –cuyas causas se desconocen– fue calificado como una verdadera catástrofe para la historia y la cultura brasileña y del continente.
Era tan amplia su colección que, de acuerdo al catálogo, solo el 1% de los objetos en su acervo estaba expuesto. Muchas de las piezas de sus colecciones eran ejemplares únicos de su tipo e iban desde huesos de dinosaurios y momias egipcias hasta miles de utensilios producidos por las civilizaciones amerindias durante la era precolombina.
A continuación cinco de los objetos más preciados perdidos por el fuego:
El esqueleto de Luzia
Un grupo de científicos franco-brasileños encabezados por la renombrada arqueóloga Annette Laming-Emperaire encontraron en 1975 en la cueva de la Lapa Vermelha en el estado de Minas Gerais, los restos de una mujer primitiva. Las pruebas con radiocarbono de los huesos permitieron datarlos en al menos 11.400 años, lo que los convirtió en su momento en el esqueleto humano más antiguo de todo el continente y en los restos más antiguos de una mujer americana.
Se cree que tenía entre 20 y 25 años en el momento de morir y los arqueólogos la llamaron Luzia. Era una de las principales atracciones del museo.
El meteorito de Bendegó
Este gigantesco meteorito fue encontrado en 1784 en el estado de Bahía y pesa 5.260 kg. Fue llevado al museo en 1888. Tiene más de dos metros de largo y más de uno de ancho y en el momento de su hallazgo, era el segundo meteorito más grande encontrado en el mundo.
Como es un objeto metálico y pesado tal vez sea una de las pocas piezas del museo que pase la prueba de las llamas.
Sin embargo, el diario Folha de São Paulo reportó que gran parte del edificio se había derrumbado, por lo que la localización de este objeto entre los escombros podría dificultarse.
La mayor colección de arqueología egipcia de América Latina
Con más de 700 piezas, la colección de arqueología egipcia del Museo Nacional estaba considerada la más grande de América Latina y la más antigua del continente.
La mayor parte de las piezas ingresó en el acervo del museo en 1826, cuando el comerciante Nicolau Fiengo trajo de Marsella una colección de antigüedades egipcias que perteneció al famoso explorador italiano Giovanni Battista Belzoni, responsable de excavar la Necrópolis de Tebas (actual Luxor) y el Templo de Karnak.
La momia conocida como dama Sha-Amun-en-su era uno de los objetos más visitados.
Además de numerosas momias humanas, el museo conservaba también una pequeña colección de momias de animales (gatos, ibis, peces y cachorros de cocodrilo).
De los mayores acervos paleontológicos del continente
De acuerdo con sus catálogos, el Museo Nacional poseía uno de los más significativos acervos paleontológicos de América Latina para un total de 56.000 ejemplares y 18.900 registros, divididos en núcleos de paleobotánica, paleoinvertebrados y paleovertebrados.
La mayor colección de arqueología clásica en Latinoamérica
Una de las colecciones más valoradas del museo era la de arqueología clásica, integrada por 750 piezas de las civilizaciones griega, romana y etrusca.
Por su número y valor, estaba considerada la mayor en su género en América Latina.
Gran parte de ese acervo corresponde a la colección grecorromana de la emperatriz Teresa Cristina y de la colección de la reina Carolina Murat, hermana de Napoleón Bonaparte y esposa del rey de Nápoles, Joaquim Murat.