La orina contiene muchos de los mismos nutrientes que se encuentran en los fertilizantes, como nitrógeno, fósforo y potasio. Esto invita a pensar en la secreción amarilla como posible abono. Pero, conviene conocer la palabra de la ciencia antes de desparramar pis en el jardín.
“La mayoría de las plantas no se benefician de la orina en su forma natural porque está muy concentrada”, explicó Ray Weil, profesor del departamento de medio ambiente y tecnología de la University of Maryland, a Popular Mechanics.
“Las plantas jóvenes no aguantan la orina ni en sus hojas ni en la tierra en su alrededor”, continuó el especialista, en declaraciones que reproduce el portal Gizmodo.
Según Weil, hay que diluir la orina según la siguiente proporción: una parte de pis en dos de agua.