Después de las acusaciones de Elisa Carrió contra el ex gobernador Antonio Bonfatti y la intedenta Mónica Fein, se recalentó la campaña. La diputada nacional vinculó al legislador santafesino con el narcotráfico y éste, a su turno, la tildó de “execrable”. Fein lamentó que ningún dirigente local haya salido al cruce de las descalificaciones de Carrió y por su parte el actual gobernador Miguel Lifschitz optó por apelar a la conciliación.
“Soy de los que no quieren grietas”, aseguró Lifschitz en contacto con Radiópolis, el programa que conduce Roberto Caferra por Radio 2.
“No me quiero sumar a la campaña de agravios”, dijo el gobernador tras ser consultado por el cortocircuito entre Bonfatti y Carrió. Y por otro lado, volvió a la carga con su pedido al gobierno nacional por el pago de la deuda en concepto de coparticipación.
Señaló que la deuda histórica es de 23 mil millones de pesos pero que algunas cálculos (los más benevolentes) indican que con intereses el saldo super los 50 mil millones de pesos.
En ese sentido, dijo que desde la Casa Gris se trabaja para llegar a “un número razonable” que no ponga en peligro las finanzas del gobierno nacional. Anticipó que se pedirá una parte en efectivo, a cobrarse entre el 2018 y el 2019 y otra parte en bonos para que, de ser necesario, los pueda aprovehcar las gestiones futuras.