Un nuevo caso de hijos separados de sus padres tiene a un rosarino como protagonista. Se trata de un hombre casado con una mujer colombiana, quien hoy le niega el contacto con la hija de ambos. La niña nació en Argentina, tiene 7 años y está desaparecida junto a su madre desde septiembre de 2014 cuando la Justicia ordenó su restitución. Madre e hija son buscadas por la policía internacional.
El caso que involucra a Catalina, una mujer colombiana y Juan Pablo, un hombre argentino, padres de Luciana, se dirime a la luz de las leyes argentinas, ya que la pequeña nació en Rosario y vivió en esta ciudad hasta diciembre de 2012, cuando el grupo familiar se trasladó a Cali, Colombia, para pasar las fiestas de fin de año en compañía de los abuelos maternos.
“Como hacíamos todos los años, mi ex mujer viajó a comienzos de diciembre con la nena, con mi autorización expresa, como corresponde, y yo lo hice el 20 de diciembre para pasar las fiestas todos juntos. Yo regresé porque tenía que trabajar y ellas se quedaron a pasar las vacaciones de verano allí. Hasta ahí, nada salía de lo normal”, contó en diálogo con Rosario3.com Juan Pablo Chacra, papá de Luciana.
En marzo de 2013, la nena tenía que empezar preescolar, pero, para sorpresa de Juan Pablo, Catalina empezó a decir que prefería quedarse unos meses más en Colombia. Según explica Juan Pablo, su ex mujer “padece esclerosis múltiple y uno de los argumentos que esgrimía para quedarse en su ciudad natal era que allí había encontrado un tratamiento alternativo para su enfermedad y que el clima de Rosario no favorecía su recuperación. Además, decía que extrañaba mucho a su familia”, señaló.
Siempre de acuerdo al testimonio del padre, entre ambos progenitores no había conflicto o desavenencias previos, pero sí empezaron a discutir cuando la madre de la niña comenzó a negarse a regresar a la Argentina.
A partir de entonces, Juan Pablo planteó una demanda penal contra su ex mujer por “ejercicio arbitrario de custodia”, al impedirle el contacto con su hija. Tanto la Justicia de Argentina como la de Colombia fallaron en favor del planteo paterno, y ante esta situación, Catalina –que hasta entonces vivía con Luciana en la casa de sus padres, en Cali– se ocultó junto a la nena y se perdió su rastro.
“Al no poder verlas ni encontrarlas, efectué una segunda demanda penal por fraude a la resolución judicial, en virtud de que al desaparecer junto a nuestra hija, Catalina logró evitar el cumplimiento de la sentencia judicial”, explica Juan Pablo.
En la actualidad, y después de un año y medio sin ver a su hija (la última audiencia fue en marzo de 2014) Juan Pablo admite que se siente “mal, terrible, fatal”, porque si bien sabe que la nena está con su madre, quiere verla y sabe que tiene derecho a hacerlo.
“Cada tanto, me llaman desde números no identificados y puedo escuchar la voz de mi hija en mi celular. Luciana me dice que me quiere y escucho a su madre dictarle desde atrás. Me desespera saber que, a pesar de tener siete años ya, no está inscripta en ninguna escuela ni tiene obra social que garantice la atención de su salud. Por eso, voy a hacer una nueva presentación, para reclamar que se intensifique la búsqueda pasiva que hoy lleva adelante Interpol, a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Policía de infancia y adolescencia de Colombia”, dijo.
“Mi intención es que se realice un rastrillaje activo que me permita encontrar a mi hija y conseguir que se cumpla la sentencia judicial que reconoce mi derecho a verla, aunque los problemas con la madre no puedan solucionarse”, afirmó Juan Pablo, quien publicó un video para llegar hasta su hija, a pesar de la distancia.