El prematuro gol conseguido por Neri Cardozo a los 11 minutos del primer tiempo le allanó en grado sumo el camino al nuevo técnico boquense para que pudiera desplegar su esquema con mayor tranquilidad.
Y durante el primer tiempo todas las modificaciones le funcionaron al ex seleccionador de México, porque José María Calvo se soltaba bien por la derecha pero no exageraba, Rodrigo Palacio y Martín Palermo disponían de espacios para moverse y Fernando Gago hacía pie en la mitad de la cancha.
Y si a todo esto se sumaba esa jugada de Palacio por derecha, que levantó un centro para que Cardozo definiera de cabeza ante la pasividad de los defensores verdinegros, todo parecía color de rosa para las huestes de La Volpe.
Pero sobre el final de la etapa se lesionó Guillermo Marino (una distensión en el muslo izquierdo) y en vez de ingresar Jesús Dátolo, el que entró fue el delantero Andrés Franzoia.
Por eso a partir del segundo tiempo Boca, con un volante menos y un delantero más, empezó a sufrir el dominio de sus adversarios, que al ver al equipo partido, comenzaron a monopolizar la posesión de la pelota en el medio.
Paulatinamente Nueva Chicago se fue adueñando del desarrollo y empezó a crear situaciones de gol ante el arco de la figura del cotejo, Aldo Bobadilla, quien siempre respondió con eficiencia.
Ahora vendrá la hora de la verdad para Boca, que estará jugando el jueves próximo en Montevideo, con Nacional, por la Copa Sudamericana, el domingo recibirá a Vélez Sarsfield y después afrontará el superclásico en el Monumental.
Fuente: Télam