En las calles de París la situación se tornó incontrolable para las fuerzas de seguridad este sábado, cuando los manifestantes denominados “chalecos amarillos” llegaron hasta la avenida de los Campos Elíseos y hasta el mismísimo Arco del Triunfo para protestar contra el aumento en los combustibles y el ajuste en la calidad de vida de los franceses, según indicaron fuentes de ese país.
Los enfrentamientos con los antidisturbios volvieron a marcar este sábado la manifestación de los "chalecos amarillos" en los Campos Elíseos, ya que 1.500 manifestantes perturbaban los accesos a la avenida, donde la policía respondía con gases lacrimógenos y cañones de agua.
"200 manifestantes pacíficos en los Campos Elíseos. 1.500 alborotadores en el exterior del perímetro con la intención de deshacerlo. Nuestras fuerzas del orden responden frenando a los violentos: 39 detenciones por el momento", declaró en Twitter el ministro francés del Interior, Christophe Castaner.
Con posterioridad a ese mensaje, sesenta personas habían sido detenidas, según indicó en el canal "BFM TV" el secretario de Estado de Interior, Laurent Nuñez, quien denunció la "extrema violencia" de los manifestantes
Las escenas de violencia y destrozos en este tercer fin de semana consecutivo de protestas contra el alza de impuestos al carburante y el encarecimiento de la vida se repiten desde primera hora de la mañana, cuando medio millar de manifestantes - algunos encapuchados - comenzaron a levantar barricadas y a forzar los accesos a la avenida.
Los alborotadores forzaron las barreras que rodeaban el monumento de Arco del Triunfo, que corona la famosa avenida parisina, y escribieron con pintura en él: "Los chalecos amarillos triunfarán".
Un grupo de manifestantes rodeó entonces la tumba del soldado desconocido, que representa a todos los soldados fallecidos durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial, con la intención de protegerla de los violentos.
En la emisora "LCI", el portavoz del Gobierno, Benjamin Griveaux, instó a los "chalecos amarillos" a entablar un diálogo con el Ejecutivo aunque éste se mantiene firme en su decisión de subir los impuestos al carburante en enero, la primera denuncia de los manifestantes que claman también contra la caída del poder adquisitivo.