A pesar de la lluvia, la máquina compactadora comenzó su trabajo para convertir en chatarra 3200 motod y 800 autos que ingresaron al corralón hasta el año 2010 y que no tienen posibilidades de volver a la circulación en la vía pública. Esto, bajo la protesta del concejal justicialista Diego Giuliano, que pidió que antes se difundan los resultados de la investigación del robo de autopartes y se verifique si algunos de los esos vehículos pueden ser usados para destinarlos a tareas policiales.