La diabetes tipo 2 es una enfermedad caracterizada por una producción insuficiente o una utilización inadecuada de la insulina, esto es, la hormona responsable de que las células capten la glucosa de la sangre para producir la energía. En consecuencia, y como ya padecen más de 350 millones de personas de todo el mundo, el torrente circulatorio transporta un exceso de glucosa, lo que acaba provocando daños en múltiples órganos del cuerpo. Sin embargo, el impacto de la enfermedad no acaba ahí: se estima que su prevalencia podría llegar a duplicarse en solo un par de décadas.
La buena noticia es que esta diabetes tipo 2, que constituye más del 90% de los casos de todos los tipos de diabetes, se puede prevenir. Y para ello, como sostiene el portal abc.es tan solo hay que adoptar unos hábitos de vida saludables: comer de forma más sana y practicar ejercicio. Por tanto, es el momento de estacionar el auto y elegir la bicicleta, porque como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca en Odense (Dinamarca), las personas que andan en bicicleta de forma habitual tienen un riesgo hasta un 20% menor de desarrollar la enfermedad.
Como explica Martin Rasmussen, director de esta investigación publicada en la revista «PLOS Medicine», «lo más interesante de nuestros resultados es que aquellos que se iniciaron en el uso de la bicicleta también mostraron un menor riesgo de diabetes tipo 2. Y esto es muy interesante porque la población participante en nuestro estudio eran mujeres y varones de mediana edad y mayores. Es decir, nuestros resultados destacan que incluso para las personas de mayor edad nunca es demasiado tarde para elegir la bicicleta y reducir el riesgo de padecer una enfermedad crónica».
El objetivo del estudio fue analizar la posible relación entre el uso habitual de la bicicleta, ya sea como medio de transporte o como actividad recreativa, y la reducción del riesgo de aparición de diabetes tipo 2. Y para ello, los autores contaron con la participación de 27.890 mujeres y 24.623 varones con edades comprendidas entre los 50 y los 65 años.
Los resultados mostraron que los participantes que andaban habitualmente en bicicleta tenían un riesgo inferior de desarrollar la enfermedad, siendo este riesgo menor cuanto mayor fuera el tiempo semanal dedicado a pedalear. De hecho, y transcurridos cinco años desde el inicio del estudio, las personas que pasaron más tiempo andando en bicicleta tenían un riesgo un 20% menor de padecer diabetes tipo 2 que aquellas que, por la razón que fuera –por ejemplo, optaban por otros tipos de transporte con menor exigencia física.
Es más; la prevención del desarrollo de diabetes tipo 2 asociado al uso de la bicicleta fue independiente de otros factores de riesgo de la enfermedad, caso del tabaquismo, el consumo de alcohol, la dieta y el ejercicio físico distinto del ciclismo.