Este martes una vecina de barrio San Martín se deshizo de lo que creyó, era un adorno de su hijo. Pero en realidad era un proyectil de mortero en desuso. “Pensé que era una botella con forma de explosivo”, contó por Radio 2.
En contacto con los periodistas Ciro Seisas y Hernán Funes de Radio 2, Andrea, la mujer que tiró el proyectil, aclaró que no sabía qué era. Lo tomó por una botella o un diseño de aeromodelismo. Todavía no sale de su asombro, ni de la indignación.
Ese proyectil se lo habían regalado a su hijo, hoy de 18 años, en 2012 o 2011. Desde entonces está en la casa de Juan Manuel de Rosas al 4000 e incluso fue el motivo de varias discusiones entre ella y Lucas. “Varias veces lo revoleé al patio de mi casa, varias veces”, repitió Andrea, todavía estupefacta.
“Lo que menos me iba a imaginar era que un tarado le iba a dar algo así a mi hijo (…) Me dijeron que podría haber explotado y no quedaba nadie, ni la manzana”, contó sobre su charla con los agentes de la Brigada Antiexplosivos.
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