Las actividades placenteras, como degustar una comida sabrosa, proporcionan algo más que placer: además, reducen el estrés porque ayudan a inhibir las respuestas del cerebro a la ansiedad. Esa es la principal conclusión de un un estudio en la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, en el que además se constató que son beneficiosas para el cerebro y sus efectos perduran durante, al menos, siete días.

En la investigación, los científicos dieron a un grupo de ratas una solución azucarada durante dos semanas. Posteriormente, midieron las respuestas fisiológicas y de comportamiento de estas ratas al estrés.

En comparación con otras ratas a las que no se les había suministrado la solución azucarada, las primeras presentaron una frecuencia cardiaca menor y niveles más reducidos de hormonas del estrés al ser sometidas a una prueba estresante que consistió en ser colocadas en un espacio desconocido en el que tenían que interactuar socialmente con otras ratas, explican los investigadores.



 Fuente: Tendencias 21