Los trabajadores del zoológico palestino de Rafah le cortaron las garras a una leona de catorce meses para que los visitantes del recinto puedan acercarse y los niños jugar con ella sin peligro.
Los veterinarios de la fundación Four Paws advirtieron que quitarles las garras a un león equivale a amputar los dedos de un humano hasta el nudillo.
Desde el zoológico explicaron que la leona de 14 meses fue sometida a esta intervención para que los niños que visiten el parque puedan acercarse a ella.
También señalaron que el felino ha vuelto a estar frente al público tras unos días de recuperación y que las garras volverían a salir después de seis meses.