El crimen de Gerardo Escobar desató otra vez la discusión por el ordenamiento de la diversión nocturna, y por ende del rol de los patovicas. Justamente uno de los guardias de seguridad de La Tienda, el bar donde fue visto por última vez al joven de 23 años, fue imputado esta semana por su asesinato. Desde el sindicato Único de Trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina (Sutcapra), aseguraron que se trató de un caso aislado y pidieron reglamentar la actividad.
Consultado por el periodista Fernando Carrafiello de Radio 2, Juan Quinteros, representante del sindicato, repudió lo ocurrido con Escobar y pidió que se profesionalice la actividad cuyo gremio aún no cuenta con personería jurídica.
Para el sector uno de los grandes inconvenientes del rubro es la falta de ordenamiento que además, fije horarios y remuneraciones. Actualmente un patovica cobra hasta 230 pesos por noche trabajada de 0 a 7 de la mañana.
Del lado de los boliches, este jueves el concejal Roy López Molina protagonizó un fuerte cruce con el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Pablo Seghezzo por la regulación de los bares con amenización musical. Para el edil, hace falta más control; para el funcionario, una nueva legislación. Desde octubre descansa en el Concejo un proyecto de reforma de la ordenanza de espectáculos públicos.
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