Hoy se cumplen dos años del crimen de Luis Roberto Medina y Justina Pérez Castelli. La madrugada del 29 de diciembre de 2013 volvían por Circunvalación hacia el hotel del Casino, y los atacaron a balazos en su Citroën DC3. Fueron 14 tiros al supuesto narcotraficante y su novia, aunque no fue directamente atacada, terminó herida y murió desangrada.
En diálogo con A Diario (Radio 2) el periodista Hernán Funes, brindó detalles del caso y realizó un repaso de las idas y vueltas judiciales de una investigación que no tiene, a esta altura, ni detenidos ni imputados. Tras pasar por varias manos, hoy está en manos de la fiscal Magdalena María Mazzini.
De Medina, alguna vez alguien escribió que fue un hombre que "supo gambetear la ley con asombrosa elegancia". De ser dueño de Esperanto en Rosario y de varias propiedades y ser el anfitrión de grandes fiestas pasó a estar relacionado con el mundo delictivo hasta su homicidio.
La Mac
La causa tiene un capítulo aparte que despertó su propia polémica. Cuando fueron hallados Medina y su novia sin vida, la policía secuestró un celular y una notebook Mac, la cual fue despachada a la secretaría de Tecnologías de la provincia, a cargo de Javier Echaniz, para su desbloqueo ya que los peritos de la Unidad Regional II habían fallado en su intento. La maniobra se realizó antes de que la jueza interviniente Alejandra Rodenas se hiciera cargo de la causa; apenas tomó conocimiento del hecho, solicitó la devolución de la computadora.
El fiscal Adrián Mac Cormack, que investigó las circunstancias de la apertura de la computadora portátil ordenó este mes archivar la causa, porque a su entender no hubo delito alguno en la conducta de los funcionarios que intervinieron (el ex secretario y el ex subsecretario de Tecnología para la Gestión, dependientes del Ministerio de Gobierno de Santa Fe, Javier Echaniz y Martín Degratti).
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