Suele ocurrir que justo cuando necesitás destapar una gaseosa o una cerveza notás lo imprescindible de llevar siembre un abridor encima.
¿Qué hacer en esos casos? Si quedarte con las ganas puede desembocar en una crisis y el valor de las últimas coronas en tu boca te llevan a repensar la estrategia de abrir las botellas con los dientes, una hoja de papel puede resolver el problema de “la sed”.
El paso a paso lo encontrás en este video:
Sólo hay que doblar el papel una y otra vez hasta obtener una cinta gruesa. Retorcer para enganchar con estos pliegues las muescas de la chapa. Una vez en posición, hay que dar un tirón fuerte.
Eso sí, a diferencia de una llave o un cuchillo, el papel no puede reutilizarse.