Un hecho realmente insólito ocurrió este fin de semana en San Antonio, Estados Unidos. En el acuario de la ciudad, dos hombres y una mujer robaron un tiburón difícil de encontrar y se lo llevaron en un cochecito de bebé. Las cámaras de seguridad tomaron la extraña secuencia y siguieron el rastro de los ladrones hasta su casa. Allí la sorpresa fue mayor.
El sábado pasado, en el San Antonio Aquarium, un empleado observó la actitud sospechosa de tres visitantes que tenían un bebé en brazos, junto a su cochecito, y se encontraban en la zona de las piscinas de los tiburones.
En un momento determinado, uno de ellos toma una pequeña red y la hunde en uno de los piletones, sacando del agua a Miss Helen, la tiburón de tipo suño cornudo que era la estrella de la muestra. Envolvieron el pez en toallas, lo colocaron en el vehículo para niños, y huyeron del lugar.
En principio, la actitud de los tres no llamó la atención de nadie porque se hallaban en la zona en que los visitantes pueden alimentar y tocar a los peces que allí habitan. Esperaron a que uno de los empleados del acuario dejara momentáneamente la sala y perpetraron el robo.
Los empleados sabían que algo raro estaba pasando. Los siguieron hasta el estacionamiento donde habían estacionado una gran camioneta. Allí les preguntaron por qué salía agua de una toalla que se movía debajo del cochecito de bebé.
Pero eso no fue todo. Luego de efectuada la denuncia a la policía con las imágenes de las cámaras, los efectivos fueron a la vivienda de uno de ellos y allí estaba Miss Helen, viva y sana, nadando en una pecera. Al parecer, el delincuente -de 38 años- sólo quería al raro ejemplar para su propia colección, sin fines lucrativos.