El propio intendente de Rosario en persona se dirigió este mediodía al centro para atender los requerimientos de los cientos y cientos de personas que intentaron cobrar este viernes sus jubilaciones y asignaciones sociales. Intentó ser un puente entre los bancos y los ciudadanos que se apretaron en largas colas y se expusieron gravemente a contagiarse de coronavirus. Un viernes negro en la ciudad que terminó para algunos con plata en los bolsillos, y para otros con turnos para el fin de semana y el compromiso de guardar distancia para que la foto no se repita.
Javkin llegó a Mitre y Santa Fe ante del desborde de los inspectores que intentaron que las personas que esperaban ser atendidas guardaran distancia entre unos y otros. Fue imposible.
El intendente llegó a la zona de Mitre y Santa Fe cerca del mediodía, desde el Laboratorio de Especialidades Medicinales (LEM).
"Hombre grande, vuelva a la fila", se lo escuchó retar a un señor. Y luego se lo vio consolar a una chica que rompió en llanto.
“Queremos que se respete las filas, y que no tengamos esta situación durante el fin de semana”, dijo Javkin a Radio 2, visiblemente afectado por el escenario perturbador reinante en la esquina de Santa Fe y Sarmiento.
El microcentro fue este viernes, una postal de todo lo que está mal. Todo lo que no había que hacer: adultos mayores, los más sensibles al covid-19, apretados entre sí en colas de hasta tres cuadras. Muchos fueron incluso, sin tener que hacerlo ya que no era su día de cobro.
Y para colmo de males, los colectivos también se vieron por demás de demandados. Hubo un 75 por ciento de sobrecarga.
El panorama en los bancos de barrio era similar, aunque menos saturado de gente.
Finalmente, cierta calma llegó cerca de las 15. Cobraron los los jubilados con huella digital y los que no la tenían, recibieron un turno para regresar el fin de semana. Sábado y domingo, los bancos funcionarán en su horario normal.