La fruta en cuestión era una obra de arte pegada a la pared de una galería con cinta adhesiva, y tres compradores pagaron entre USD 120.000 y 150.000 esta semana por piezas de edición limitada con un solo plátano. La obra, titulada “Comedian” y del artista italiano Maurizio Cattelan era exhibida en la muestra de arte contemporáneo Art Basel en Miami Beach el sábado, cuando un visitante decidió hacer su “acto”.
En un video subido a su cuenta de Instagram, David Datuna, que se define como un artista estadounidense nacido en Georgia que vive en Nueva York, camina hacia la banana, la despega de la pared blanca, la pela y se la come frente a una multitud curiosa. Tituló su llamada “performance artística” como “Hungry Artist” (“Artista hambriento”).
Algunos visitantes se pueden escuchar riendo, con clara sorpresa. Otros preguntaban si él era el artista original, sin poder creer que alguien que no sea Cattelan se atreva a intervenir de esa manera. “Gracias, muy buena”, dice antes de ser escoltado fuera de las instalaciones. Pero el alboroto se resolvió sin una guerra de comida.
“No destruyó la obra. La banana es la idea”, dijo al Miami Herald, Lucien Terras, director de las relaciones con los museos de la Galerie Perrotin.
El valor de la obra yace en el certificado de autenticidad, según el diario. Está previsto que la fruta sea reemplazada regularmente antes de que se pudra. De hecho, no es el primer incidente que sufre la obra. El viernes pasado, después de varios días en exhibición, la banana se había caído producto de su maduración y fue remplazada también en ese momento. Efectivamente, una nueva banana fue pegada a la pared con la cinta adhesiva un cuarto de hora después de la osadía de Datuna.
“Ha atraído mucha tensión y atención al espacio y no somos aficionados al espectáculo”, añadió Terras. “Pero la respuesta ha sido grandiosa. Es motivo de sonrisa para muchas personas”.
El italiano Maurizio Cattelan es uno de los artistas contemporáneos más famosos y controversiales de este siglo. Discutido e irreverente, seguramente su obras más conocida hasta ahora al menos era un inodoro de oro macizo de 18 quilates valorado en 1.250.000 dólares, que fue robado recientemente mientras formaba parte de una exposición en el palacio Blenheim, en Woodstock (Oxforshire), lugar de nacimiento de Winston Churchill. La pieza, que fue concebida por su autor como una ácida sátira sobre el exceso de riqueza, fue recuperada por la policía británica.