Un médico succionó casi un litro de orina para salvarle la vida a un hombre con problemas de vejiga durante uno de los vuelos más largos del mundo, que va desde Guangzhou, China hacia Nueva York, Estados Unidos.
El hombre solicitó ayuda a las azafatas y a los miembros de la cabina al poco tiempo que se cumpliera la décima hora de viaje. El ciudadano chino se quejó de que no podía orinar con normalidad cuando al viaje le restaban por lo menos seis horas más.
Según publicó Crónica, si no conseguía una solución de inmediato, su vejiga iba a explotar y provocarle la muerte en el aire. Pero de milagro, los cirujanos Zhang Hong, del hospital de la Universidad de Jinan, y Xiao Zhanxiang, del hospital provincial de Haikou, que se encontraban a bordo, pensaron en un método cuando el capitán pidió ayuda en los altavoces.
Tras idear un plan improvisado, los médicos ubicaron al pasajero en una zona del avión donde no había asientos y lo acostaron sobre el piso de la aeronave, donde se colocaron varias mantas previamente.
Según los medios chinos, usaron varios sorbetes, una aguja de jeringa y un tubo de una de las máscaras de oxígeno de emergencia, ayudados con cinta adhesiva.
“El hombre, de la tercera edad, tenía el estómago y el ombligo hinchado, estaba sudando mucho y mostraba señales de que estaba entrando en shock. El peligro era mortal si no actuábamos con urgencia”, indicó Zhang al diario The Mirror. “El hombre tenía historia familiar de próstata grande, lo que nos hizo sospechar que era la responsable de que retuviera la orina y no pudiera expulsarla”, añadió.
Sin los instrumentos necesarios, los cirujanos improvisaron un cateter y comenzaron el procedimiento pinchando la vejiga con la aguja que tenían a mano. Usaron el tubo de plástico como salida de la vejiga y alargaron el canal con sorbetes que trajeron los cartones de leche que se entregaban a la hora de la comida.
Luego Zhang, con el fin de extraer el líquido, tomó el sorbete que conectaba con la vejiga del hombre y extrajo la orina con su boca. En un video publicado por medios locales, se puede observar al médico que extrae el líquido y después lo deposita en un envase y en vasos que las azafatas le acercan. En total, fueron unos 800 mililitros de pis.
El pasajero que protagonizó la dramática escena se mantuvo acostado durante media hora más, aliviado del dolor, y tras su llegada a Nueva York, fue examinado por un doctor a su llegada.